La extrema y casi brutal sinceridad es el máximo pecado que confiesa Jorge Zabaleta (40). El
carismático actor que ha encandilado con sus crespas pestañas en personajes como Álex Mercader y “Papi Ricky”, parece ser más bueno que el pan, o al menos eso le dice su pequeña hija Milagros (4) y hasta su clásica compañera de pantalla, Mane Swett.
Será por eso que
Javier Ruiz-Tagle, el hombre manipulador y celópata que interpretará en
"La familia de al lado", si bien lo entusiasma, tiene para él una carga psicológica que califica de agotadora.
Después de 13 años estando del lado bueno de las novelas vespertinas -cómo olvidar a Mauricio Méndez (“Cerro Alegre”) o a Martín Hidalgo (Hippie)- el ex hijo del Monte será un villano bastante alejado de lo que parece ser su personalidad.
“Siento que este personaje tiene una responsabilidad social, porque tiene mucho de la realidad. Además, muchas mujeres se van a sentir identificadas, las que están inmersas en este sistema de vida, con un gallo que psicológicamente es enfermo, muy inteligente, pero manipulador y que sufre de celos. Él es capaz de manipular a su mujer a tal punto de cortarle todos sus espacios, la libertad de ejercer su profesión, de tener amigos, de usar su celular, con tal que ella cree una dependencia con él. Más que un villano, es un tipo enfermo (...) Por eso este personaje tiene para mí una carga súper especial. No es el gallo que anda con la pistola en el bolsillo matando gente, sino que es el que atormenta a su mujer y a su familia”, cuenta el actor en un camarín del área dramática de TVN.
-Si tuvieras que defender a Javier Ruiz-Tagle, ¿qué dirías? ¿Qué justificación tiene él para ser así?“Yo creo que él tuvo una infancia con un papá un poco duro y está enfermo. Pero a pesar de todo, Javier Ruiz-Tagle es un tipo bastante leal, muy trabajador e inteligente. Creo que un tratamiento le ayudaría, pero no es fácil defenderlo”.
-¿Tú qué tienes de celoso?“Nada, cero. Me han hecho escenas de celos, pero como yo no soy celoso, no tolero que lo sean conmigo. Hay una cuota de celos normal. No sé, de repente me pongo celoso con mi hija, por ejemplo. Pero creo que los celos son tremendamente destructivos y hay que aprender a manejarlos. El tipo que no es capaz, tiene que tratarse, porque ve en situaciones cotidianas cosas que no existen. Yo puedo ver una reunión social donde está pasando cualquier cosa, menos algo normal. Puedo sentir que mi mujer me está traicionando, que se está ofreciendo a otro tipo, que el otro le está coqueteando... Eso es la celopatía”.
-¿Hay algo que te critiquen, algún defecto?“Creo que soy brutalmente sincero y eso también puede causar algún daño cuando hay una discusión. Es algo que no debería estar mal, pero uno a veces hiere a otras personas con eso. Creo que ese es un defecto que debería manejar mejor.
“Uno siempre tiene un malo adentro que es capaz de reprimirlo. Pero nunca se sabe cómo uno va a reaccionar en situaciones extremas”.
-¿Nos puede aflorar el superhéroe o el villano?“Exactamente, depende de la situación. Cómo sabes si en unos años más aparezco en la prensa roja porque me comió el personaje...”.
-¿Recuerdas alguna maldad que hayas hecho cuando niño?“Parece que cuando chico me pillaron robando una ampolleta. Tenía como 5 años y creo que estaba haciendo un experimento. En esa época, los supermercados no tenían cámaras, así que me imagino que debe haber sido bastante burdo el robo como para que el guardia haya cachado o tal vez, como mis papás eran clientes de toda la vida, me lo dejaron pasar. Pero no me acuerdo de haber hecho una maldad. Si le preguntan a mi papá, te podría dar una lista extensa”.
-¿Hacías bullying?“Yo creo que sí. En general, una de las características de los niños es que hacen bullying. Lo que pasa es que es esa época no existía la palabra ni el concepto. Era bueno para molestar al guatón del curso. Ahora son todos gordos, pero antes había un guatón del colegio, el gordito. Dentro de la fauna del colegio hay de todo. Está el que molestaba o al que le decían que era niñita, el choro, el bueno pal’ combo. Yo no me acuerdo de haber sido tan violento...
“Parece que yo era el rápido. Hacía mucho atletismo en esa época, aunque era un alumno bastante mediocre, de notas promedio 5, 6, siendo que el colegio es algo tan fácil. Era inquieto, de anotaciones. Es que me cargaba el colegio y me carga hasta hoy, no volvería jamás. Lo encuentro represivo, me carga. Cada vez me hace más sentido la canción de Pink Floyd (‘Another brick in the wall)”.
Los hijos de Jorge y su esposa, Francisca Allende son Raimundo (14), Milagros (5) y Antonio (2). Ellos lo tienen claro; el papá, puede ser muy buena onda, pero con él, las reglas se cumplen. “Los más chicos cachan perfecto hasta dónde son los límites. Bueno, mi hija de 4 me pasea como quiere. Es la más peligrosa porque manipula. A ella le gustan los zapatos y cada vez que salimos me calza con un par”.
-Cero papá villano.“Yo soy el papá que pone las reglas”.
-Si se portan mal, tienen que hablar contigo.“Exacto. Soy como la Corte Suprema, no la de Apelaciones y ellos lo saben. Yo no los molesto todo el día; las mamás tienden a ser más gritonas y a dar mucha orden, pero hablan tanto, que al final son un ruido más de ambiente. Hay que dar una orden y punto, basta.
“Los niños se manejan, saben que yo soy, lejos, el que más sale con ellos, me encanta hacerlo. Pero cuando hay que poner las reglas, a mí me gusta ser claro. Creo que los niños, en la medida en que uno les exige más, son más felices. Estoy seguro de eso, que deben darse cuenta que son capaces, que son inteligentes, que pueden resolver ciertos problemas. Eso les aumenta mucho más su autoestima y hace que sean mejores para desarrollar su talento”.
-¿Cómo es tener a los Zabaleta de vecinos, que sean la familia de al lado?“Somos bastante tranquilos. Yo sólo tengo dos vecinos. La mayoría tiene tres, porque tiene uno atrás, pero yo vivo al lado de un río así que no tengo vecinos ahí. Con los que tengo me llevo bien. A mí me interesa tener una buena relación con ellos, sobre todo, porque cuando yo no estoy o salgo, les encargo mi casa:
‘Sergio, sabes que voy a salir, así que si escuchas algún ruido, es que me están robando’. Y ellos hacen lo mismo conmigo”.
-De los pecados capitales, ¿hay alguno por el que te inclines más?
“Según la Mane Swett, yo soy muy bueno. Me da risa porque es como me diría mi hija: ‘Papá, tú eres tan bueno’. Pero me acuerdo que tuve una época en que era muy rabioso, no sé por qué tenía tanta rabia”.
-¿De adolescente?
“Sí, y creo que esa rabia, si uno no la aprende a controlar, puede ser muy terrible. Así que la ira representó una etapa de mi vida. Pero ahora, si pudiera optar por una, sería la gula. Siempre me ha gustado comer de todo. Ése es el problema de mi familia, que nos gusta comer de todo. No tenemos un plato favorito, tenemos muchos platos favoritos”.
-¿Te confiesas con un cura?“Mira, hay dos cosas que dejé de hacer apenas tuve edad: una fue tomar leche -nunca más en mi vida volví a probarla- y nunca más en mi vida volví a ir a misa. Esas son dos cosas que no hago, así que confesarme no está dentro de mis prácticas habituales”.
-¿Cuál es tu vicio privado?“Mi mayor vicio son las películas, me gusta harto la televisión. Trato de alejarla un poco de mi vida pero no puedo tener mi pieza sin una tele adentro, me relaja, me entretiene. Me gusta ver noticias acostado, es mi vicio máximo”.
-No muchos admiten que la televisión les gusta tanto.“A mí me gusta. Veo más de la que debiera o a lo mejor menos, no sé, no lo tengo tan definido”.
-¿Algún programa en especial?“Veo de todo. Me ralla el Discovery, aunque no me gusta tanto el NatGeo, lo encuentro catastrofista, terrorífico, siempre diciéndote que la tierra se va a acabar. ¡Cómo no va a haber algo bueno! Pero no, te dicen que en la calle no van a haber más pájaros, que vas a ir a la playa y no van a haber más focas, ni gaviotas... Demasiado. De los canales que me gustan harto está también el TNT, que tiene películas en español. Me cansa un poco leer tanto subtítulo. Con las series, rallé con ‘Lost’, ‘24’, ‘Epitafios’, la argentina... Me gusta verlas todas de una, comprar el pack y encerrarme. Con ‘24’ creo que no salí en una semana de mi casa”.