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Pese a lluvias recientes, la Región Metropolitana sigue enfrentando complejo escenario hídrico

Los efectos del cambio climático y la escasez hídrica crecen cada día en la zona central. Mejor la infraestructura, utilizar eficientemente los recursos y explorar nuevas fuentes hídricas son hoy las prioridades.

12 de Agosto de 2020 | 10:02 | Por Camila Mardones
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El Mercurio
Durante los últimos diez años la zona central de Chile ha enfrentado la mega sequía más grave y extensa de toda su historia. Este fenómeno ha empeorado en el tiempo: en 2019 se registró el año más seco de la última década y cauces como los ríos Maipo y Mapocho disminuyeron sus caudales 70% y 90% respectivamente.

Es por eso que no es de extrañar que las lluvias registradas durante junio y julio trajeran para muchos una falsa sensación de alivio. Si bien es cierto que en comparación con los años más recientes, en 2020 aumentaron las precipitaciones, los niveles aún están lejos de encontrarse en parámetros normales.

Según información de la Dirección Meteorológica de Chile durante el último año, en Santiago se han registrado 180,8 milímetros de agua caída, 25% menos que los niveles normales para esta época de 242 mm, y aún más distantes de los 341 mm en total que se deberían registrar en un año.


A ello se suma que si bien este 2020 también ha nevado más que en inviernos anteriores, no es posible cuantificar la nieve que se mantendrá hasta la temporada estival. Ello debido a que la variación en las temperaturas podría llevar a que el deshielo también presente patrones diferentes o que experimentemos lluvias con isoterma alta que apresuren el deshielo.

La escasez hídrica se ha acrecentado cada vez más con los años, lo que demuestra que “nos encontramos frente a un gran desafío como es el cambio climático. No se trata de una sequía temporal, sino de un estado que será permanente en el tiempo", señaló Alberto Blanco, director de Planificación, Infraestructura y Tecnología de Aguas Andinas.

"Es necesario realizar grandes esfuerzos que conlleven cambios culturales, sociales y de infraestructura, en los cuales será imprescindible el compromiso de todos los sectores involucrados y una visión global de la solución. Solo así lograremos superar esta situación", añadió el ejecutivo de la principal empresa sanitaria.

Inversión para enfrentar la sequía y economía circular


Una de las principales prioridades ante el complejo escenario es asegurar el abastecimiento de agua en la población. Es por eso que actualmente Aguas Andinas se encuentran trabajando en dos focos: inversión para hacer frente a la sequía que incluye planes y mejoramiento de la infraestructura, y una mirada de economía circular, que permita reutilizar y hacer más eficiente los recursos.

Para ello, la compañía ha tomado medidas extraordinarias para reforzar su plan de sequía, el que ha desarrollado por más de ocho años.

"Como compañía hemos intensificado nuestras acciones, las que incluyen obras de infraestructura, exploración de nuevas fuentes hídricas, plan de eficiencia hidráulica y campañas de sensibilización dirigidas a la ciudadanía, además de proyectos futuros que incluyen, entre otras cosas, la reutilización de aguas regeneradas en nuestras propias biofactorías", explicó Alberto Blanco.

Es necesario realizar grandes esfuerzos que conlleven cambios culturales, sociales y de infraestructura, en los cuales será imprescindible el compromiso de todos los sectores y una visión global de la solución.

Alberto Blanco, director de Planificación, Infraestructura y Tecnología Aguas Andinas
A la fecha, Aguas Andinas ha invertido cerca de US$ 150 millones en soluciones para enfrentar el cambio climático y tiene identificados otros proyectos por un monto que bordea los US$ 500 millones adicionales. En tanto, en medio de la pandemia por Covid-19, se ha continuado trabajando en paralelo en alrededor de 40 obras que permitan mejorar la resiliencia de Santiago frente a emergencias climáticas.

Para trabajar en estas y otras propuestas, la compañía cuenta con la experiencia del Grupo Suez, quien ya ha atravesado situaciones de profundo estrés hídrico en otros países del mundo.

Alberto Blanco destaca que un punto fundamental de estos esfuerzos es el trabajo en conjunto con las autoridades, los distintos sectores y la ciudadanía. Entre estas iniciativas se encuentran, por ejemplo, campañas dirigidas a la ciudadanía, trabajo colaborativo con municipalidades y clubes deportivos, además de la realización de varias obras de emergencia que permitirán captar más aguas subterráneas y desde otras fuentes.
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