El país vive la sequía más severa de los últimos 100 años como resultado del cambio climático, fenómeno que golpea con fuerza no solo a las comunidades, sino también a todas las actividades productivas.
En ese contexto, la industria forestal no está al margen de este problema, debiendo enfrentar, además de la misma escasez hídrica, otros fenómenos como el aumento en los incendios, eventuales plagas y los cambios que se generan en los ecosistemas.
Así lo planteó Francisco Oyarce, Jefe de Servicios Ecosistémicos de la empresa Arauco, quien dijo que el calentamiento global “también nos pega fuertemente en esa menor disponibilidad de agua para nuestras comunidades vecinas”.
El profesional explicó que desde hace años “nuestros vecinos experimentan problemas de abastecimiento de agua potable, especialmente en aquellas comunidades que están más dispersas y donde no pueden tener acceso, por ejemplo, a una empresa sanitaria o a soluciones colectivas”, indicó.
En esa línea Oyarce dijo que se hace fundamental aclarar que los grandes monocultivos de pinos y eucaliptos no son los responsables de la crisis hídrica que golpea a las comunidades y que se genera básicamente dado el preocupante déficit de precipitaciones.
“Las plantaciones forestales no se riegan, pues los árboles ocupan el agua-lluvia para crecer. Tampoco consumen agua de las napas freáticas (agua subterránea), pues éstas se encuentran habitualmente sobre los 10 metros de profundidad.”
Empresa Arauco
“Si estás viviendo en un zona rural y de repente te falta el agua y miras hacia alrededor y ves los pinos, es fácil asociar que la presencia de estos es la culpable de la escasez hídrica. Pero si tu miras el historial de cómo han ido disminuyendo las precipitaciones y como han ido aumentando en muchos lugares los centros poblados te das cuenta también que hay un problema, más allá de lo que hay plantado en el suelo, de oferta y demanda”, dijo.
De hecho, recordó que la sequía no solo genera complicación en las regiones donde hay monocultivos, sino que es un fenómeno nacional y también global.
Indicó que como todo ser vivo estas especies consumen agua pero, añadió, lo hacen principalmente durante primavera donde tienen todas las condiciones para crecer. Durante el periodo estival estos árboles consumen menos agua que los cultivos, ya que no necesitan de riego. Incluso, aclaró que cuando los árboles ya han alcanzado su madurez reducen considerablemente el consumo de este vital elemento.
Tampoco, agregó, son responsables del agotamiento de las fuentes de agua subterránea, ya que las raíces de las plantaciones de pino y eucalipto extraen el agua que necesitan en los primeros dos o tres metros de profundidad, por lo tanto no afectan pozos que están por debajo de esa medida.
Mejorar la gestión hídrica
De ahí que se hace necesario avanzar en mejorar la gestión de este recurso que cada vez se hace más escaso. “Ese es un pilar fundamental en lo que estamos trabajando hoy en día como empresa para poder anticiparnos a estos desbalances entre oferta y demanda, para poder ayudar a nuestras comunidades vecinas ojalá con anticipación a estos momentos de crisis”.
En tal sentido, recordó que Arauco está desarrollando el programa “Desafío Agua”, donde se monitorea el comportamiento de bosques y plantaciones a través de la empresa Bioforest, se previenen posibles efectos de actividades forestales sobre el agua y se entregan soluciones de abastecimiento de agua a comunidades vecinas. A la fecha, este programa ha favorecido a cerca de 40.000 personas que viven en torno a las operaciones de la empresa forestal.
