
NEW HAVEN, EE.UU.- La estadounidense Lindsay Davenport ratificó su condición de primera favorita del torneo de New Haven, que conquistó tras imponerse en la final a la francesa Amelie Mauresmo, segunda cabeza de serie, en vísperas del arranque del Abierto de Estados Unidos, último Grand Slam del año.
La raqueta californiana, que venció por 6-4 y 6-4, añade New Haven a los éxitos en Dubai y Amelia Island, que alimentan un jugoso palmarés a lo largo de su carrera que se dispara a los 48 triunfos. Entre ellos, tres Grand Slam: Australia en el 2000, Wimbledon en el '99 y Estados Unidos en el '98.
La que fuera número uno del mundo logró una victoria sin excesivos sobresaltos ante una adversaria que empieza a encontrar en Davenport a una especie de "bestia negra". De los dieciséis enfrentamientos que ambas han protagonizado, la estadounidense se ha apuntado trece. Entre ellos, los nueve más recientes. Y especialmente doloroso el jugado en la semifinal del último Wimbledon, donde la gala tuvo la victoria.
La estadounidense amarró el partido desde el principio. En la primera ocasión rompió el saque de Mauresmo, verdugo de la española Anabel Medina, con muchos apuros, en semifinales, y mantuvo el suyo amparado, como siempre, por una notable fortaleza.
La francesa, vencedora este año en Antwerp y Roma para totalizar diecisiete, aunque nunca un Grand Slam, reafirmó las habituales dificultades que encuentra en cada compromiso con Davenport, que sólo perdió su saque en dos ocasiones. Ambas en situaciones intrascendentes.
Nunca tuvo fe en la remontada Mauresmo, que consciente del control que había adoptado su rival en el partido, se resignó a la derrota y depositar sus nuevas opciones en el Abierto de Estados Unidos que arranca el lunes.