SANTIAGO.- Los médicos veterinarios chilenos pidieron hoy al Gobierno el "cierre absoluto" de la frontera con Argentina para evitar la eventual propagación de la fiebre aftosa desde el vecino país.
"El único camino que puede mantener al país libre de la enfermedad es el cierre absoluto de la frontera para la importación de carne bovina", advirtió el Colegio Médico Veterinario en una carta al ministro de Agricultura, Jaime Campos.
Con esa nota, los veterinarios se sumaron a una demanda similar que presentaron los ganaderos chilenos el pasado viernes 18, a raíz de la aparición de un brote de fiebre aftosa la semana anterior en la norteña provincia (estados) argentina de Formosa y que forzó el sacrificio de unos 3.000 animales.
Según las autoridades de la Secretaría de Agricultura y Ganadería de Argentina, el rebrote de aftosa en Formosa se originó en ganado que ingresó de contrabando desde Paraguay, lo cual ha sido negado por el Gobierno de Asunción.
Como medida preventiva, el Gobierno chileno dispuso el alerta sanitario en toda la frontera con Argentina, pero sólo suspendió de forma temporal la entrada de carne proveniente del norte del vecino país.
Según Luis Godoy, presidente del Colegio Médico Veterinario, además del cierre de la frontera debe procederse a controles sanitarios exhaustivos y coordinados por las autoridades de ambos países, no sólo en los pasos aduaneros, sino en las plantas procesadoras argentinas y también chilenas.
Las medidas deben ser drásticas pues la fiebre aftosa "es una enfermedad terrible y Chile no puede darse el lujo de que se introduzca nuevamente en su territorio, por el alto costo que tendría para la economía nacional", al afectar la producción de carne y leche, indicó.
Chile recobró su condición de país libre de fiebre aftosa en 1988, según una certificación de la Oficina Internacional de Epizootia (OIE), tras haber sufrido el año anterior pérdidas por 560 millones de dólares a raíz de un brote detectado en la zona de Ñuble, a 400 kilómetros al sur de Santiago.
En esa oportunidad, se comprobó que la enfermedad fue portada por animales provenientes de Argentina.