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El euro y el petróleo derrumbaron a Wall Street

La constante alza del precio del crudo y la sostenida caída de la moneda europea han hecho de las dos primeras semanas de septiembre un período "negro" en el mercado estadounidense.

16 de Septiembre de 2000 | 07:40 | EFE
NUEVA YORK.- La constante alza del precio del petróleo y la sostenida caída del euro han logrado mermar el impulso alcista que Wall Street mostró el pasado mes de agosto, y han hecho de las dos primeras semanas de septiembre un período "negro".

Los expertos explican que el aumento del coste del combustible ataca a las empresas estadounidenses de dos formas: primero con un aumento de los costes, y segundo con una disminución del gasto de los consumidores en EE.UU. y en el mundo.

Por su parte, la baja del euro disminuye los ingresos de las grandes multinacionales estadounidenses que tienen fuertes operaciones en Europa.

Estos dos factores han hecho temer que los ingresos de las empresas sufran una fuerte caída en los meses venideros, previsión que ha barrido con todo el optimismo que existía a finales del mes pasado.

Ni siquiera las excelentes cifras macroeconómicas han podido inyectar algo de esperanza en los alicaídos inversores de Wall Street.

Al cierre de ayer viernes, el Dow Jones Industriales, el más importante de las bolsas de Wall Street, que mide la variación de las acciones de 30 grandes empresas, se situó en los 10.927,00 puntos, 293,65 unidades o un 2,61 por ciento por debajo del cierre del viernes 8 de septiembre.

El promedio general del mercado electrónico Nasdaq, donde negocian la mayor parte de las empresas de nuevas tecnologías, ordenadores e Internet, se situó en los 3.835,04 puntos, 143,37 unidades o un 3,6 por ciento por debajo del cierre de la semana anterior, y 399,19 puntos o un 9,4 por ciento menos que el pasado 1 de septiembre.

Además, mientras la Bolsa cae, el precio del petróleo sigue su carrera alcista, sin que, hasta ahora, las promesas de aumentos de la producción puedan detener su marcha.

Al cierre del ayer en el mercado de materias primas de Nueva York (EE.UU.), el barril de crudo Intermedio de Texas, el de referencia en los EE.UU., se vendió hasta los 35,95 dólares, el nivel más alto desde la Guerra del Golfo.

Los analistas explican que los inversores están muy preocupados por la nueva corriente de alzas en el precio del crudo, que se desató como consecuencia de los problemas políticos en el Medio Oriente y las adversas condiciones climáticas en el Golfo de México.

Pero más allá de estos problemas puntuales, lo que inquieta a los inversores es el hecho de que las existencias de crudo en los EE.UU. están en niveles bajísimos, y que a las puertas del invierno es muy difícil que los inventarios crezcan lo suficiente como para hacer caer los precios.

Por su parte, el euro sigue cayendo frente al dólar, lo que mantiene también muy inquietos a los inversores en Wall Street.

Las acciones de empresas de productos de consumo que tienen fuertes operaciones en Europa, como Procter & Gamble, Coca Cola o Gillette (por nombrar sólo algunas), han sufrido con la baja de la moneda común.

Asimismo, como si todo esto fuese poco, a diario más y más empresas del sector de las nuevas tecnologías (un sector que siempre se defiende bien de los efectos externos) advierten de que tendrán ingresos menores a los esperados.

Toda esta combinación de factores negativos ha barrido cualquier esbozo de sonrisa que en el rostro de los inversores pudo haberse generado el conocer cifras macroeconómicas muy buenas.

Sin ir más lejos, ayer el Gobierno estadounidense informó de que el Indice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto bajó el 0,1 por ciento, frente a las expectativas de los analistas de una subida de un 0,2 por ciento.

Sin embargo, los analistas explican que ya se sabía que las cifras de inflación serían favorables, y que, por ello, estos buenos datos no tuvieron el efecto que se podría esperar.

Para algunos analistas, la Bolsa pasa por uno de sus típicos períodos "negros", en los que sólo se toman en cuenta las malas noticias.

Pese a todas las malas previsiones que parecen marcar el destino de la semanas próximas, algunos expertos calculan que el temporal pasará pronto por Wall Street, y confían en que un aumento de la producción del crudo comience a debilitar los precios y que el euro salga de sus niveles actuales.

Para estos analistas, la baja de hoy es una muy buena oportunidad de compras, ya que confían en que cuando se supere la difícil coyuntura renacerá una economía sana, un crecimiento robusto y, finalmente, unas ganancias de empresas mejores a las esperadas.
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