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Grecia contagió problemas a Portugal y a España, según indican los expertos

La rentabilidad de los bonos portugueses a 10 años se situó hoy en el 6,5% y los españoles en el 4,4%, el nivel más alto desde la introducción del euro.

07 de Mayo de 2010 | 15:53 | Agencia EFE

WASHINGTON.- El contagio de la crisis griega hacia el oeste, el principal temor de Europa, es ya una realidad reflejada en el alza de las primas de riesgo de Portugal y España, que encarece sus deudas y agrava la situación de sus cuentas públicas, según opinan los expertos.

La rentabilidad de los bonos portugueses a 10 años se situó hoy en el 6,5% y los españoles en el 4,4%, el nivel más alto desde la introducción del euro.

Para Portugal eso significa que perderá dinero con su aportación al programa de ayuda a Grecia, pues le prestará 2.064 millones de euros al 5%, un dinero tendrá que pedir prestado a un interés mayor.

Aunque los mercados no han perdido de vista a Grecia, las grandes caídas de esta semana en las bolsas son consecuencia de las dudas de los inversores sobre la capacidad de otros países europeos de pagar su deuda y el peligro de una crisis bancaria en el viejo continente, según los expertos.

Parte de la culpa, según los expertos, la tienen los propios líderes europeos, que han tardado meses en concretar el programa de ayuda a Atenas, en parte por la ausencia de un mecanismo establecido en la Unión para lidiar con esta situación extrema.

"Los mercados ven la gran renuencia de los contribuyentes alemanes a rescatar a Grecia. Si España y Portugal piden dinero, no lo habrá", opinó Desmond Lachman, ex subdirector del departamento de Política y Revisión del Fondo Monetario Internacional (FMI).

Las cuentas públicas de ambos países están mejor que las griegas, como ha destacado el FMI, pero sus perspectivas de crecimiento -y por ende de recaudación de impuestos- son oscuras.

"Sus gobiernos no quieren ver lo que pasa. No están tomando medidas enérgicas", dijo Lachman.

El Ejecutivo español, por su parte, argumenta que un ajuste fiscal más drástico ahogaría la incipiente recuperación económica.

El FMI pidió el jueves a España que aplique su programa de ahorro público "con rapidez", pero no le instó abiertamente a tomar medidas adicionales.

Los problemas no se ciñen a las finanzas públicas, sino que los bancos europeos tienen mucho que perder por la inestabilidad.

Poseen la mayoría de los bonos de la deuda griega, que asciende a US$ 236.000 millones, por lo que una suspensión de pagos abriría un boquete en sus balances que recuerda el sufrido con la crisis de "subprime" en Estados Unidos.

John Mankin, economista jefe de Caxton Associates, un fondo de riesgo, cree que parte de la culpa de su vulnerabilidad la tiene el Banco Central Europeo (BCE), al aceptar desde su creación los bonos griegos como un colateral de igual calidad que los alemanes.

Eso incentivó que los bancos europeos acumularan deuda griega, con la que ganan más que la alemana, lo que permitió a Atenas financiarse durante años pese al desastroso estado de sus cuentas públicas, dijo hoy en una rueda de prensa Mankin.

Ahora la única opción del BCE será comprar directamente bonos griegos, del mismo modo que la Reserva Federal adquirió títulos del Tesoro y valores inmobiliarios durante la crisis en Estados Unidos, según Mankin.

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, dijo que el consejo de gobierno de la entidad ni siquiera trató esa posibilidad en su reunión del jueves, lo que fue recibido negativamente por los mercados.

Mientras, la posibilidad de un "default" a muy corto plazo en Grecia es baja, pese al nerviosismo de los mercados.

Los 110.000 millones de euros en préstamos ofrecidos por la zona euro y el FMI garantizan el pago de su deuda durante algo más de año y medio, según esa entidad.

Eso significa que durante ese tiempo Atenas no tendrá que llamar a la puerta de los mercados, siempre que cumpla con los parámetros del acuerdo.

Su deuda, incluso alcanzando todas las metas del programa, se elevará hasta en torno del 150% del Producto Interno Bruto (PIB) en los próximos años, antes de comenzar a caer.

Para cuando se acabe el dinero público, Grecia deberá haber realizado un ajuste de tal calibre que los mercados estarán dispuestos a prestarle a unas tasas razonables, argumenta el FMI.

En el clima actual, con los intereses de sus bonos a 10 años en el 12%, los parqués están llenos de escépticos sobre esa posibilidad.

El programa, eso sí, ha comprado tiempo, un año y medio, para que España y Portugal, los eslabones más débiles de la cadena tras Grecia, pongan sus finanzas en orden y convenzan a los inversores de que sus cuentas son sostenibles.

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