JERUSALEN.- Las negociaciones entre Israel y los palestinos entran en una fase decisiva tras la cumbre israelo-norteamericana y ante la próxima misión de la secretaria de Estado estadounidense Madeleine Albright, quien se esforzará por acercar las posiciones de ambas partes.
Las negociaciones de paz, suspendidas desde hace dos semanas, se retomaron en secreto este jueves por la noche y proseguían el viernes en algún lugar de Israel, según una fuente oficial israelí.
Prudentemente optimista, el Primer Ministro israelí, Ehud Barak, estimó que las negociaciones podrían tomar un nuevo impulso gracias a una intervención más decidida de Estados Unidos.
"Espero que mi entrevista con el Presidente Bill Clinton dé un nuevo impulso a las negociaciones", declaró en alusión a su encuentro este jueves en Lisboa con Clinton.
Cliton anunció a continuación que enviará a la región a Madeleine Albright, a quien se espera a principios de la semana que viene. La precederá el emisario norteamericano para Medio Oriente, Dennis Ross.
"En un momento en que entramos en la fase crucial de las negociaciones, es fundamental progresar codo a codo con Estados Unidos" y los palestinos, añadió Barak.
Desde los acuerdos de Oslo de 1993 sobre la autonomía palestina, no es la primera vez que el proceso de paz se encalla y que la diplomacia norteamericana es llamada al rescate.
Pero el tiempo apremia, ya que según el calendario del proceso israelíes y palestinos deben llegar antes del 13 de septiembre a un acuerdo de paz global que ponga fin a su conflicto.
En caso contrario, la Autoridad Palestina de Yasser Arafat no oculta su intención de proclamar unilateralmente la independencia en Cisjordania y Gaza. Israel, por su parte, amenaza con anexionar las zonas de población judía.
Los responsables de las negociaciones de paz en curso son, del lado israelí, el ministro de Seguridad Interior, Shlomo Ben Ami y del lado palestino, el presidente del Consejo Legislativo, Ahmed Qorei.
Las negociaciones, que comenzaron en secreto en Estocolmo, fueron interrumpidas el 21 de mayo por Barak tras una ola de violencia en los territorios palestinos.
Según la prensa israelí y diversos ministros, pero también de acuerdo con la inquieta oposición conservadora, se han realizado progresos en las negociaciones, aunque no hay acuerdo sobre las principales cuestiones, especialmente el estatuto de Jerusalén.
La Autoridad Palestina, en cambio, no ha reconocido ningún avance y acusa a Israel de tácticas dilatorias para evitar -independientemente del acuerdo final- la tercera y última retirada de Cisjordania a la que está obligado según los acuerdos de Oslo.