PEKÍN.- El Gobierno chino acusó hoy al Parlamento Europeo de "distorsionar y atacar sin motivo la política china en la región autónoma tibetana", después de que la eurocámara señalara que Pekín "invadió y ocupó" el Tíbet.
"China no permitirá esta brutal interferencia del Parlamento Europeo en una cuestión nacional", señala un comunicado de la Asamblea Nacional Popular (ANP, legislativo) china reproducido hoy por la prensa local.
Según este órgano, la eurocámara "distorsionó y atacó la política étnica de Pekín en la región autónoma tibetana" en un reciente informe relativo a un proyecto de lucha contra la pobreza del Banco Mundial, que fue finalmente suspendido.
El informe europeo afirmaba que, en 1950, Pekín "invadió y ocupó" el Tíbet, que era "un país independiente", donde todavía ahora se aplica una política de "colonialismo étnico y cultural" contra la mayoría tibetana, "con el objetivo de convertirla en minoría".
Esta resolución "distorsiona los hechos de la realidad y ataca la reforma democrática y la autonomía de que goza la región tibetana", agregó el comunicado del parlamento chino.
La Asamblea Nacional china acusó al Parlamento Europeo de "apoyar a un puñado de separatistas liderados por el Dalai Lama a lograr la independencia y la división de China", y afirmó que "no comenzará el diálogo con el Dalai hasta que éste renuncie a sus aspiraciones separatistas".
Según Pekín, "el Dalai Lama no es un religioso común, sino un activista político vinculado a acciones terroristas y separatistas", por lo que recomendó a Europa que "adopte una actitud cautelosa" y no se pille los dedos en esta cuestión.
La actitud del Parlamento Europeo ha desatado grandes críticas e indignación en Pekín, que ya hace unos meses protagonizó otro enfrentamiento con la Eurocámara por una propuesta relativa a Taiwán.
En una resolución votada recientemente, el europarlamento propuso que la Comisión Europea abra una oficina en Taipei y estreche relaciones con "la isla rebelde" en todos los ámbitos.
Ninguno de los países de la Unión Europea reconoce la independencia de Taiwán, sin embargo, muchos de ellos mantienen contactos no oficiales con las autoridades de la isla, cuyo poder económico y democracia son admirados por la opinión pública europea.
