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Fujimori, biografía de un mandatario cuestionado

Fujimori, que nació a la política peruana "de la nada", y sin un pasado que lo vinculara a fuerzas tradicionales, sucedió en el poder a un joven mandatario, Alan García Pérez, que dejó un país en "ruina económica y moral", según denunciaron sus detractores.

19 de Noviembre de 2000 | 21:25 | ANSA
LIMA.- Alberto Kenyo Fujimori Fujimori, un ingeniero agrónomo que llegó al poder en Perú "en olor de multitud" en julio de 1990, renuncia a su cargo dejando una estela de graves acusaciones de corrupción y otros supuestos graves delitos en su gobierno.

Hijo de padres inmigrantes de Japón, Fujimori nació y se educó en Perú en medio de una suerte de creciente xenofobia a los nipones como consecuencia de la guerra.

Muchos afirman que Fujimori no nació en Perú y por lo tanto no debió ser Presidente: una extraña partida de nacimiento con enmendaduras puso en mayor duda la verdadera nacionalidad del mandatario, de 62 años de edad al momento de dimitir en Tokio, Japón, la tierra de sus ancestros.

Fujimori, que nació a la política peruana "de la nada", y sin un pasado que lo vinculara a fuerzas tradicionales, sucedió en el poder a un joven mandatario, Alan García Pérez, que dejó un país en "ruina económica y moral", según denunciaron sus detractores.

El ahora renunciante Fujimori es un matemático de profesión e ingeniero agrónomo, pero en su vida política y personal le fallaron los cálculos al punto que los últimos diez años debió afrontar, entre éxitos y fracasos, momentos cruciales para el país.

Ya en el poder, Fujimori decidió atacar con fuerza a los partidos políticos de oposición, a los que acusó de ineficaces y corruptos, lo que llevó a su régimen a tomar una drástica actitud el 5 de abril de 1992.

Esa fue la fecha "fatídica" para su régimen, ya que con el autogolpe de Estado con apoyo incondicional de los militares, Fujimori emprendió una serie de medidas que lo fueron atrapando en manos de su ahora prófugo ex asesor, Vladimiro Montesinos, quien se ha convertido en el verdadero "sepulturero" de su gobierno.

Si bien Fujimori afrontó con decisión la reinserción exitosa de la economía nacional en el mundo financiero y acertó con medidas para combatir la extraordinaria hiperinflación que caracterizaba al régimen anterior, el manejo político del país lo llevó a adoptar "mano dura" y una suerte de ejercicio autocrático del poder.

Con Montesinos como su mentor y soporte con los militares, Fujimori fue cayendo poco a poco en los brazos de una suerte de mafia que se apoderó del poder político, corrompiendo sus estructuras al punto que ése es el principal problema que ha derivado en su dimisión y su posible autoexilio.

Sin embargo son varios los éxitos de Fujimori en materia de política nacional, como por ejemplo la lucha contra la guerrilla, a la que combatió hasta dejar fuera de escena a las dos organizaciones más importantes: Sendero Luminoso y Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA).

Combatió a los movimientos guerrilleros con firmeza, al punto que los cabecillas cumplen cadena perpetua, pero los extrapoderes de los militares en esa lucha lo llevó a organizar grupos castrenses de ejecuciones extrajudiciales, entre ellos el "Grupo Colina", que eliminó a muchos sediciosos y también se encargó de ejecutar a civiles inocentes y a sus propios agentes de inteligencia.

En el frente externo sí tuvo un logro importante al consolidar el Acuerdo de Paz con Ecuador y resolver los temas pendientes con Chile desde la Guerra del Pacífico, en 1879.

Pero Fujimori se fue quedando sólo en el camino: su esposa, Susana Higuchi, se convirtió en su más tenaz crítica hasta que el propio mandatario la alejó de su entorno y la acusó de intentar dominar el poder.

Higuchi, que ahora integra el Congreso de la República, ha formado parte del grupo que liquidó el futuro político del mandatario al mostrar un video que puso en evidencia los altos niveles de corrupción.

Pero lo que llevó a la "tumba política" a Fujimori fue precisamente su alianza personal con Montesinos, convertido ahora en el personaje más odiado por oposición y oficialismo, por ser considerado el verdadero responsable de la debacle moral e institucional del régimen.

Hoy todos repudian a Montesinos pero al mismo tiempo se suman a las críticas los adjetivos más duros contra Fujimori, a quien ya se le atribuyen algunos hechos ilegales.