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Corte Suprema bombardea con preguntas a abogados de Bush y Gore

Al anochecer, el personal de prensa de la Corte Suprema decidió concluir su jornada, y no había indicios de que el alto tribunal emitiera un fallo antes de mañana.

11 de Diciembre de 2000 | 22:49 | AP
WASHINGTON.- La Corte Suprema bombardeó hoy a preguntas a los abogados de George W. Bush y Al Gore en una sesión histórica de 90 minutos sobre las disputadas elecciones presidenciales. Al término del interrogatorio los jueces no fijaron un plazo para dictaminar acerca de si debe reanudarse o no el recuento de los votos cuestionables en la Florida.

Al anochecer, el personal de prensa de la Corte Suprema decidió concluir su jornada, y no había indicios de que el alto tribunal emitiera un fallo antes de mañana.

"¿Cuál es la cuestión federal en este caso?", preguntó el juez Anthony Kennedy al abogado de Bush, Theodore Olson, a menos de dos minutos de la sesión para dilucidar si procede o no el recuento. Éste había sido ordenado por la Corte Suprema de la Florida, y 24 horas después interrumpido temporalmente por el máximo tribunal nacional.

"Según parece, tengo el mismo problema que el juez Kennedy", dijo en determinado momento la magistrada Sandra Day O'Connor.

En otro momento el juez David Souter, que parecía ponderar las reglas que pudieran posibilitar la reanudación del recuento, preguntó "¿Por qué no hay una sola regla subjetiva para todos los condados?"

El magistrado Stephen Breyer parecía pensar lo mismo cuando presionó a Olson para que le dijera qué normas deben emplearse para considerar los votos cuestionables, además de una decisión sobre la "intención del votante".

O'Connor manifestó preocupación de que el dictamen de la Florida el viernes no tuviera en cuenta que su orden anterior de permitir los recuentos había sido revocada por la Corte Suprema federal.

Observó que la Constitución otorga a las legislaturas estatales la autoridad para controlar la selección de los electores presidenciales. "¿Significa eso que un tribunal tiene que dar deferencia especial a las preferencias de una legislatura en lo que respecta a una elección presidencial?"

Bush y Gore seguían la sesión a distancia, mientras sus abogados ventilaban sus respectivas causas en conflicto ante un tribunal que parecía ávido por encontrar debilidades en los argumentos planteados para obligar a su fundamentación.

"Hablé con alguien de nuestro equipo legal. Tienen un cauteloso optimismo. Si ellos lo tienen, yo también", comentó Bush a los periodistas.

"Estoy tratando de controlar mis emociones", agregó Bush en Texas poco antes que su abogado Olson empezara a argumentar ante los nueve jueces por qué no debe reanudarse el recuento.

Gore estaba en la residencia vicepresidencial depositando sus esperanzas en su abogado principal David Boies y su capacidad de persuadir a la mayoría de los magistrados que se reanudase el recuento.

El tribunal supremo asignó 90 minutos a las argumentaciones orales, que se ventilaron apenas dos días después que una mayoría de 5-4 decidió interrumpir el recuento, al menos temporalmente.

El juez Antonin Scalia, en una opinión coincidente con la mayoría, dijo en esa ocasión que "baste decir... que una mayoría del tribunal" cree que Bush tiene una probabilidad sustancial de prevalecer en la decisión definitiva.

Eso significó que a Gore se le hacía cuesta arriba promover su caso hoy. El abogado Boies admitió ayer que una derrota en la Corte Suprema podría significar el fin de los intentos de Gore por la Casa Blanca.

La jueza Ruth Bader Ginsburg, que se opuso a la suspensión del recuento de votos el sábado, preguntó por qué el tribunal supremo debía revocar la interpretación de la ley de la Corte Suprema de la florida y "decir cuál es la ley" en ese estado.

En sus preguntas, los magistrados plantearon muchas de las cuestiones que han girado en torno del recuento que tiene la llave de la Casa Blanca.

El ambiente solemne dentro del recinto contrastaba con la escena ruidosa frente al edificio, donde los manifestantes vociferaban debajo de la inscripción de mármol "Justicia equitativa según la ley".

Andrew Alexander, de 19 años, estaba vestido de Santa Claus y tenía un cartel que rezaba "Ho, ho, ho, Gore se tiene que ir". Su hermano Stephen, de 11 años, también lucía su propio cartel con la leyenda "Todo lo que quiero para las Navidades es a Bush presidente".

Muy cerca, un partidario de Gore gritaba "¿Quién le teme a los votos de la Florida?" junto a una mula. Otros 200 partidarios del vicepresidente marchaban con carteles que decían "Esto es Estados Unidos. Hay que contar cada voto".

El tribunal no estableció plazo para dar un dictamen, pero su decisión de oír las argumentaciones orales con tanta rapidez indicó su necesidad de hacer el proceso expeditivo. Las autoridades de la Florida certificaron la victoria de Bush por 537 votos, pero el recuento de votos en ese estado que ordenó el viernes la Corte Suprema estatal dio a Gore una posibilidad de zanjar esa diferencia.

Si no hay decisión para mañana, Florida corre el riesgo de que se objeten sus 25 electores. Y por otra parte la legislatura estatal parecía encaminarse a designar su propia lista de electores, favorable a Bush.

Como trasfondo de la saga electoral, se planteaba un interrogante inevitable sobre la capacidad del ganador -sea quien fuere- de afirmar la legitimidad de su victoria después de una elección tan reñida y tan disputada.
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