BOGOTÁ.- La curación de la diabetes comienza a ser una realidad con implantes de células madre de la cédula ósea en el páncreas, tal y como se ha demostrado en 30 pacientes atendidos por el doctor argentino Esteban Estrada, promotor del tratamiento.
En una entrevista con Efe, Estrada explicó en Bogotá que su primer paciente "fue trasplantado hace cinco años y hoy está libre de la enfermedad."Este doctor argentino se encuentra en Colombia para "supervisar la investigación" que desarrolla en este país, en colaboración con otras instituciones de China, Italia y Estados Unidos.
Según Estrada, los resultados de su tratamiento sobre los treinta pacientes que formaron parte de la investigación apuntan a que la diabetes tipo II se revierte.
"En este momento podemos hablar de unos 200 pacientes ya tratados que muestran y vuelven a reflejar el primer dato que nos arrojaron esos treinta iniciales, que supera el 80 por ciento en mejorías notables," dijo el especialista.
Tras seleccionar a los enfermos, comienzan el tratamiento, de forma gratuita, con una sesión de "oxigenoterapia hiperbárica," una práctica "inédita en el mundo" que inventó el mismo Estrada.
La terapia consiste en ubicar al paciente en una cámara herméticamente cerrada con oxígeno a alta presión atmosférica antes de la extracción, lo que permite recolectar "hasta veinte veces" más cantidad de células madre.
Las células madre autólogas (propias del paciente) se extraen de la cresta ilíaca en la cadera, y entre sus particularidades destaca que no hay rechazo, se evita el uso de "medicamentos inmunodepresores" y "la posibilidad de contagio de enfermedades es nula," subrayó el doctor.
Una vez extraídas las células, son separadas y procesadas "por métodos físicos lo más rápidamente posible," y se reimplantan en el paciente por vía arterial, "con una pequeña punción para la colocación de un catéter (...) que viaja por el abdomen hasta encontrar exactamente al páncreas," detalló el médico.
Tras el implante autólogo, el paciente sigue con la oxigenación hiperbárica para estimular el crecimiento celular, según Estrada, quien aseguró que en cinco años está prevista la "evolución total".
El investigador sostiene que su protocolo es "mini-invasivo" y, durante el trasplante el paciente se encuentra despierto y bajo los efectos de una anestesia local. "Con el implante celular hemos mejorado mucho la función del páncreas, hemos disminuido la medicación y (el paciente) tendrá una mejor calidad de vida, que es lo fundamental," aseveró el doctor.
Aunque reconoció la eficacia de la insulina y otros medicamentos para combatir la diabetes, observó que estos tratamientos "no han logrado detener las complicaciones de la enfermedad".
Estrada asimismo destacó la capacidad de regeneración de estas células no embrionarias -hasta ahora consideradas las que mejor copian la información de células de los diferentes órganos- y ello se sostiene en el hecho de que sus pacientes "lograron dejar la medicación con células madre autólogas".
Sobre el debate ético que suscita la manipulación de células embrionarias, el argentino consideró que "tanto la célula madre autóloga como la célula madre embrionaria pueden ser utilizadas y la ética no queda de lado en ningún caso".
También lamentó que en su país haya "más reglamentos y un poquito más de burocracia" que les lleva a estar "un poquito más atrasados" en materia de investigación celular, motivo por el que decidió llevar su proyecto más allá de sus fronteras.
Según el médico argentino, los países que más invierten en investigación de este tipo son China, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, México, Australia y Japón.
En el caso de España, se congratuló por "el cambio" a partir del nombramiento de Bernat Soria como ministro de Sanidad, en relación al aumento de partidas para la investigación celular.
Por último, recordó que -según la Organización Mundial de la Salud (OMS)- para 2015 la población de diabéticos ascenderá a 450 millones.
También recalcó que los trasplantes de células madre autólogas se pueden aplicar a enfermos de parkinson o alzheimer, con garantías de éxito de entre un 80 y un 85 por ciento.