EMOLTV

Testigo afirma que vecinos fueron "cómplices" del "Chacal de Mendoza"

El ex policía Ariel Bueno sostuvo que quienes vivían en el barrio Sección Cuarta de Mendoza sabían lo que ocurría en la casa de Armando Lucero, "pero nadie dijo nada".

14 de Mayo de 2009 | 12:39 | AFP

BUENOS AIRES.- Los vecinos del barrio de clase media que habitaba el denominado "Chacal de Mendoza", acusado de violaciones incestuosas, conocían la relación que mantenía con su hija, de la que nacieron siete hijos-nietos, pero nunca la denunciaron, sostuvo hoy a la prensa un testigo de la causa.


"En el barrio sabían, todo el mundo sabe, pero nadie dijo nada" sobre el comportamiento de Armando Lucero, 67 años, quien abusó sexualmente de una de sus hijas desde que tenía ocho años y con quien tuvo siete vástagos, afirmó Ariel Bueno, ex vecino de la familia entre 2001 y 2003, al diario "Página 12".


Bueno, un ex policía que trabaja en una agencia de seguridad privada, reveló en su declaración ante el fiscal una trama de complicidades, que incluye a la esposa de Lucero y a los vecinos del barrio Sección Cuarta de Mendoza, de clase media.


En 2002, Bueno había denunciado a Lucero ante la justicia por sospechar que abusaba de su hija pero la causa no prosperó, a pesar de que una asistente social visitó la humilde casa, donde el acusado vivía con su cónyugue de 60 años, su hija de 35, los siete hijos-nietos con edades entre 2 y 19, y su suegra de 84 años.


"Al otro día, el hombre (Lucero) salió enloquecido a la vereda, hablando bien fuerte para que se escuchara, dijo: 'Que yo no me entere quién fue (quien hizo la denuncia) porque lo voy a cagar a tiros (matar)'", relató Bueno.


El ex policía contó que en una ocasión preguntó a un vecino sobre los niños de esa casa y obtuvo como respuesta: "Lo que pasa que el abuelo no es el abuelo, es el papá".


"Ahí empecé a preguntar más y todos lo sabían. Dicen el 'monstruo', pero el monstruo también son ellos porque podrían haber hecho algo", agregó sobre el caso que tiene puntos de contacto con el del austríaco Josef Fritzl.


Fritzl, conocido como el "Monstruo de Amstetten", de 73 años, tuvo siete hijos-nietos con su hija, quien estuvo secuestrada 24 años en un sótano.


Bueno describió a Lucero como "un hombre que sabía relacionarse, podía entablar conversación con cualquiera y pasaba mucho tiempo en la puerta de su casa limpiando su auto", de manera de controlar a quienes ingresaban o salían.


Lucero permanece detenido desde el sábado en una cárcel de máxima seguridad sin contacto con otros reclusos, bajo el cargo de "abuso sexual agravado por el vínculo, con acceso carnal, de manera reiterada".


El hombre tiene además ocho hijos de un primer matrimonio y siete hijos con su actual esposa, de los cuales tres son mujeres.


De ellas, una es la madre de los siete niños y otra, de 40 años, también lo acusó ante la justicia de haber abusado sexualmente de ella y de la tercera hermana cuando eran niñas.