SANTIAGO.- Poco les faltó para llorar a los fanáticos de la lucha libre que repletaron anoche el Arena Santiago para ver el primer evento de la estadounidense WWE en el país. Es que fueron largos años de espera para apreciar en vivo un show que sólo podían seguir por TV.
Por ello, a muchos de los 12 mil seguidores que pagaron su entrada no les importó esperar largas horas antes de que se abriera el recinto para ver a sus ídolos de músculos artificiales. Y corrieron largos metros cuando el show ya había empezado y todavía hacían la cola.
Dos fueron las peleas más celebradas: la del enmascarado Rey Mysterio, que hizo dupla con el calvo luchador Kane, y, por supuesto, la de Undertaker, quien se enfrentó en la categoría de pesos pesados contra Edge, uno de los más odiados del circuito.
Como es habitual en este tipo de conatos, cuando Mysterio y El Sepulturero, como también es conocido en Latinoamérica Undertaker, sufrían una dura paliza, se recuperaron y a punta de patadas voladoras y teatrales llaves, salieron victoriosos.
Claro que la presentación de Udertaker tuvo episodios casi épicos. Cuando ya tenía dominado a Egde y le hacía la plancha con el conteo a punto de llegar a tres, dos peleadores furtivos ingresaron al ring y le arrebataron el triunfo con una ronda de patadas traicioneras y por la espalda.
Lleno de ira, el luchador que regresó de la muerte, de acuerdo a la leyenda de la WWE, se vengó con brutales golpes a la garganta y los mandó a la lona. Además, terminó ganando su pelea por descalificación de su rival.
Esto causó el delirio de los fanáticos, que se compraron el "show completo" de Udertaker y compañía.
Las rubias también pegan
Pero no fue sólo show, pues anoche se pusieron en juego dos títulos de la serie: MVP retuvo la corona de Estados Unidos en la categoría Smackdown al derrotar a Dave Finlay y su enano; mientras Chavo Guerrero se quedó con el cetro ECW.
La presentación de MVP fue la más polémica. Porque en un perfecto español, el luchador negro se dirigió al público, quien de la alegría por este gesto, pasó a la indignación cuando les dijo: "Estamos en Santiago de Chile, es una ciudad muy sucia, no me gusta nada. Ustedes son sucios, estúpidos porque saben que soy mejor", agregó.
No faltó, tampoco, la presencia femenina: Layla y Kelly, dos rubias y fibrosas luchadoras, desfilaron y pelearon utilizando pequeños bikinis. Esto no hizo más que encender aún más a la acalorada audiencia, que también tuvo a cientos de mujeres en las butacas.
Al final del show, los fanáticos que pagaron desde 20 mil a 150 mil pesos por sus entradas, estaban conformes y agradecidos por ver sus ídolos. "Las peleas son igual a lo que se ve en televisión. Estoy totalmente conforme y feliz de haber venido", dijo a Emol el diseñador industrial Horacio Medina.
El estudiante Alex Zurita, que pudo ver las pelas porque su polola Tamara le pagó la entrada para que la acompañara, agregó que lo mejor fue El Sepulturero. "El show estuvo increíble. Especialmente por Undertaker, fue lo mejor".
Esta noche será el segundo y último show de la WWE, para el que ya no quedan entradas.