Cuando se acerca el verano más de alguien se pregunta si habrá alguna fórmula que pueda moldear la figura casi en forma instantánea y sacar ese molesto rollo.

Las soluciones express existen. Pero ojo: no son una solución definitiva si no van acompañadas de un cambio de vida. Así como el rollo puede desaparecer, puede volver a instalarse.

Una de estas rápidas alternativas es la lipoescultura, intervención quirúrgica con la cual se busca moldear el cuerpo.
Existen dos tipos de lipoescultura. Una de ellas es la liposucción, procedimiento con el cual se aspira el tejido graso acumulado en ciertas zonas del cuerpo. Esta técnica consiste en insertar un pequeño tubo a través de incisiones diminutas sobre la piel y succionar grasa con la cánula conectada a una máquina.

La otra técnica es la láserlipolisis, donde la aspiración se hace a través de un láser. Este método es menos invasivo que el anterior y en la mayoría de los casos es ambulatorio ya que se usa anestesia local. Aquí también se ocupa una cánula que se introduce mediante pequeñas incisiones y logra succionar el tejido graso. La anestesia general se aplica cuando se trata de aspiraciones de mayor magnitud.
La lipoescultura se utiliza principalmente en el abdomen, la cintura y las caderas. Y, según las condiciones del paciente, se procede en todas esas zonas en una sola intervención o en cirugías distanciadas en el  tiempo.

Consideraciones y exigencias:

- Los únicos que pueden realizar este tipo de procedimientos son cirujanos plásticos. Para comprobar su especialización puede recurrir a la Comisión Nacional de Certificación de Especialidades Médicas.