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Alejandra Sepúlveda: La indignación con el “club de Tobi” político

La directora de ComunidadMujer acusa que los dirigentes de partidos políticos definitivamente quieren resguardar sus espacios de poder. Confiesa que no pudieron organizar un debate porque algunos se fueron de negativa.

02 de Octubre de 2013 | 08:05 | Por María José Errázuriz L.
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Foto por Valentina Campos
Hay tres mujeres candidatas a la Presidencia y el hecho podría terminar siendo una anécdota. Sí, porque los temas de género –que no deben entenderse como temas de mujeres- están totalmente fuera de la agenda pública y de los debates.

Para ComunidadMujer el tema no es menor. Su directora ejecutiva Alejandra Sepúlveda es categórica en señalar que sienten frustración e indignación porque, después de años impulsando temas país, pueden asegurar que los hombres siguen protegiendo sus espacios de poder.

“Este es un tema país, no es una pataleta”, aclara.

Desde hace algunas semanas, debido a que no lograron concretar un debate presidencial como sí lo hicieron el 2009, esta ONG está impulsando la campaña Soy Ciudadana, en la cual someten a votación 10 proyectos de ley. Ahí los nueve postulantes también eligen aquel que van a priorizar.

“Este no es un tema superado, pero el debate de género está ausente de la campaña y de la política”, dice Alejandra, quien reconoce que probablemente en el gobierno de Bachelet es cuando ha estado más presente, entre otros, por un gabinete paritario, mientras que en éste, más allá de leyes como el post natal, ha estado ausente.

-O sea, si la agenda no la pone el Gobierno, no está. ¿A la gente no le interesa?
“No, la sociedad es muy permeable a los líderes de opinión y cuando tú tienes líderes de opinión que no están mirando los temas de género es mucho más difícil instalarlos. En este país existe un grupo de mujeres importantes que la han impulsando permanentemente, pero para que esta agenda tenga incidencia y repercusión se tiene que tener líderes de opinión que hagan suyas las demandas de las mujeres y las coloquen en las instancias donde se toman las decisiones y hacen las reformas. Eso ha costado mucho”.

La mejor forma de explicarlo, dice, es señalar que en una serie de proyectos tramitados, la visión de género no se asumió como ocurrió en la Ley de Primarias y como muchas otras en carpeta como la reforma laboral o reforma al sistema binominal.

“Todo lo que se plantea son reformas que buscan asegurar el sistema de partidos, la presencia de terceros partidos, pero no en la representatividad amplia de la sociedad que pasa por las mujeres”, acusa.

Y agrega que el mayor problema es que la agenda de género no ha logrado instalarse en la mentalidad de las personas de manera que esté cruzando en forma transversal cualquier debate.

“Y esto no se ha logrado porque, básicamente, seguimos siendo un país fundamentalmente machista, donde la mujer siempre termina siendo relegada a un rol privado, tradicional”, acusa.

-Cuando se eligió a Bachelet algunos dijeron que una golondrina no hacía verano. ¿Tuvieron razón?
“Sí, la elección de Bachelet logró cambios en términos simbólicos; o sea, hoy por lo menos, existe la imagen de que una mujer puede llegar al más alto cargo y eso hace que haya una relación de igual a igual en las generaciones jóvenes. Pero en la práctica, más allá de eso, cuando se hace un análisis de cómo se ha transversalizado esa igualdad, queda claro que no se ha logrado”.

-¿Como CM, sienten frustración al ver que en estas elecciones parlamentarias sólo un 18% de los candidatos sean mujeres?
“Frustración, indignación. Para nosotros es un tema de injusticia en el cual tenemos súper claras las responsabilidades. Los grandes obstaculizadores, los porteros del acceso de la mujer a los cargos de toma de decisión están plenamente identificados…”

-¿Y son?
“Los partidos políticos, cuyas cúpulas e instancias de toma de decisión están en manos de hombres, no así sus militancias, donde las mujeres están mayoritariamente presentes. Las cúpulas no las toman en cuenta, no las hacen visible, no las promueven y finalmente, se tiene un sistema de partido donde a los hombres les interesa guardar sus espacios de poder, privilegiar a los incumbentes, es decir, a las autoridades que van a la reelección y que en un 80% son hombres y donde no existe ninguna voluntad ni intención para cambiar esa situación.
“Por eso nosotros tenemos la certeza que la única forma de lograr mayor participación de las mujeres es a través de las cuotas”.

-Bachelet no presentó una ley de cuota, sino que una que aseguraba mayor presencia de mujeres en las candidaturas.
“Desde el regreso a la democracia se han presentado 4 proyectos de ley de cuotas y el último, presentado por Bachelet era una ley de participación equilibrada que planteaba cuotas de candidatos de 30-70% e impulsaba financiamiento privilegiado para mujeres. Ese proyecto ni siquiera se discutió.
“Qué decimos nosotros: hay que avanzar hacia la paridad con una ley de cuotas de género real de un 40-60% y no sólo para cargos de elección popular, sino que también en cargos de designación presidencial, en poderes autónomos, partidos, gremios y sindicatos. Llegamos a la convicción de que estas medidas de acción afirmativa, temporales, son las más efectivas comprobado a nivel mundial”.

-¿Qué efectos reales va a traer el tener un 18% de candidatas?
“En lo concreto es que la representación en el Parlamento probablemente va a ser menor a la que se tiene hoy de un 14%. Y esto es grave para los objetivos de desarrollo y una sociedad igualitaria. Cuando en los espacios de toma de decisión las mujeres no pueden hacer valer su voz, las decisiones son desequilibradas e incompletas como la Ley de Primarias”.

-¿El que haya tres candidatas mujeres no pasa de ser una anécdota?
“Es una anécdota que tiene que ver con un ejercicio de realismo político. Los partidos hubieran querido llevar candidatos hombres pero tuvieron que rendirse a la realidad de que Bachelet era la más competitiva y en el caso de Matthei, sabemos cómo se gestó su postulación tras dos candidatos fallidos.
“Si bien esto demuestra que ellas se la pueden, están ahí por un tema de realismo político, pero que existan un 18% de mujeres candidatas confirma que los partidos terminan repartiéndose la torta entre los mismos y sin ninguna intención de cambiar esa situación”.

-Ustedes no se pueden hacer cargo del tema, pero la percepción es que Bachelet y Matthei no quieren debatir. ¿Ese es un flaco favor para las mujeres?
“Un flaco favor para las mujeres y para el país. Cuando las principales candidatas de los principales conglomerados no se enfrentan en debates televisados o regionales, la ciudadanía asiste a una campaña incompleta”.

-¿Desilusionadas?
“No es lo que esperábamos, como también que los temas de género estuvieran ausentes en las candidaturas. Este es un tema país, no es una pataleta, no es algo antojadizo o berrinche porque las mujeres quieran ocupar más espacios. Esto es un tema de desarrollo y los grandes organismos internacionales nos recuerdan esto permanentemente, sobre la posibilidad de que las mujeres vean garantizados todos sus derechos humanos.
“La agenda de género es un gran tema porque incide en todos los temas como la educación donde no sólo hay un problema de desigualdad entre sectores de mayores y menores ingresos, sino entre hombres y mujeres, donde ellas se alejan de buenos resultados. Y nadie logra visualizar esto como algo estratégico”.
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