BUENOS AIRES.- El flamante ministro de Economía argentino, Roberto Lavagna, enfrentará presiones del Gobierno para poder cerrar sus cuentas públicas y cumplir con las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) y con una sociedad ansiosa que espera prontos resultados.
El economista, considerado un defensor del libre mercado, que mantiene buenas relaciones con todos los sectores políticos del país y es experto en temas de comercio internacional e integración, recibe una cartera vapuleada y una latente crisis social.
Lavagna, hasta ahora embajador argentino ante la Unión Europea, reemplaza a Jorge Remes Lenicov, quien renunció por el fracaso en el Congreso de un plan que había presentado para intentar salvar al sistema financiero del colapso.
Esta semana el Gobierno del Presidente Eduardo Duhalde logró un compromiso con mandatarios provinciales para cumplir con reformas financieras que exige el FMI y así lograr una esperada ayuda financiera que permita al país comenzar el camino de la recuperacion económica tras cuatro años de recesión.
"Estamos en la senda de un acuerdo con el el Fondo Monetario Internacional (el país) necesita tener este mes que se inicia el acuerdo concluido", dijo Duhalde en declaraciones radiales.
Además, el nuevo ministro tiene en sus manos la aplicación de un nuevo plan económico con tipo de cambio fijo, impulsado por Duhalde.
La moneda argentina acumula una depreciación cercana al 70 por ciento desde enero, cunado se dejó de lado el sistema de convertibilidad cambiaria por la cual el peso se mantenía atado al dólar en paridad uno a uno.
Lavagna sucederá a Lenicov quien renunció a la jefatura del Palacio de Hacienda el martes luego de que fracasara su plan para frenar la fuga de depósitos.
El otro costado
Por su parte, los ahorristas no dejan de protestar en las calles reclamando la devolución de sus depósitos, congelados desde diciembre pasado y luego pesificados.
El Gobierno, vía ley del Congreso, logró frenar una fuga de depósitos al suspender la devolución inmediata de los fondos de los ahorristas que demandaron al Estado y que puso en peligro la estabilidad del sistema financiero del país.
En 2001 las entidades bancarias perdieron casi el 25 por ciento de sus depósitos.
El próximo lunes, con un nuevo ministro de Economía las entidades bancarias volverán a abrir sus puertas tras permanecer casi una semana cerradas ante un feriado bancario y cambiario dispuesto por el Banco Central.
También los pobres y desocupados esperan una inmedita solución.
En el país cuya economía no crece desde 1998 el 45 por ciento de sus 36 millones de habitantes son pobres, mientras que 2,53 millones de personas están desocuopadas.
En la capital y su cordón urbano, donde se concentra un tercio de la población nacional, el 35 por ciento de la población vive en la más extrema miseria, según datos oficiales.
Debemos "trabajar todos juntos, porque la situación es muy límite para la gente y eso es lo que importa", dijo Lavagna tras su asunción.