Reuters
BRASILIA.- La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, le pidió este lunes al congreso atención con la responsabilidad fiscal, especialmente en momentos en que el mundo pasa por turbulencias económicas, en un mensaje con motivo del nuevo año legislativo.
"Tendremos en 2014 una gestión de las cuentas públicas compatible con la continuidad de la política de compromiso con la responsabilidad fiscal, para lo que contribuirá, entre otras medidas, el pacto (de reducción de gastos) que acordamos con los principales líderes del Congreso Nacional", dijo la jefe de Estado.
La mandataria destacó que el gobierno consiguió reducir sus gastos con nómina desde el equivalente al 4,7 % del Producto Interior Bruto (PIB) en 2012 hasta el 4,2 % en 2013, "esfuerzo que no sería posible sin el apoyo del Congreso".
El texto, leído en el plenario de la Cámara de Diputados por el senador Joao Vicente Caludino, cuarto secretario del Congreso, menciona en varias oportunidades el pacto que el Ejecutivo acordó a finales del año pasado con los líderes de diferentes partidos para ajustar las cuentas públicas.
El gobierno manifestó en varias oportunidades su preocupación con algunos proyectos de ley e iniciativas que pueden ir a votación del Congreso este año y que elevan significativamente los gastos públicos.
Entre tales proyectos destaca uno que crea 363 nuevos municipios y otro que eleva el salario de los funcionarios del sector salud por encima de la corrección de la inflación.
Rousseff aseguró en su mensaje que espera que 2014 sea un año de recuperación de la economía y reafirmó que, pese a los obstáculos, el gobierno actuó con determinación para mantener la inflación bajo control.
De acuerdo con diferentes analistas, Brasil puede bajar algunos escalones en su calificación de riesgo debido al aumento de la inflación, a las dificultades para equilibrar las cuentas públicas y al bajo crecimiento económico.
Según datos divulgados la semana pasada por el Banco Central, Brasil tuvo en 2013 su menor superávit fiscal primario en los últimos trece años.
El superávit primario (diferencia entre ingresos y gastos públicos sin tener en cuenta lo destinado al pago de intereses de deuda) del año pasado fue equivalente a sólo el 1,9 % del PIB y no era tan bajo desde 2001, cuando el organismo emisor comenzó a contabilizarlo.
El resultado le permitió al gobierno cumplir la meta que se impuso de terminar el año con ahorro en las cuentas públicas del 1,3 % del PIB, aunque esa meta fue flexibilizada en dos oportunidades para ajustarla al aumento de los gastos públicos, ya que la intención inicial era la obtención de un ahorro equivalente al 3,1 % del PIB.
