ATENAS.- La canciller alemana Angela Merkel, de visita en Atenas, estimó que la emisión de deuda griega realizada el jueves por primera vez en cuatro años prueba el "regreso a la confianza" en ese país duramente afectado por la crisis.
"Continuaremos apoyando a Grecia (...) por el buen camino", añadió la canciller en rueda de prensa en Atenas junto al primer ministro Antonis Samaras.
"La jornada del jueves era importante", indicó Merkel al comentar la exitosa emisión de deuda de Grecia, que colocó bonos a cinco años por un monto de 3.000 millones de euros a una tasa de 4,95%.
"No se trataba solamente de 3.000 millones" sino "del retorno de una parte de independencia" para el país y "de una señal de los mercados", agregó Merkel.
"Vemos que Grecia cumplió con sus promesas, se atuvo al acuerdo, que la situación presupuestaria es mejor de lo previsto", dijo Merkel.
Llegada a Atenas de tarde temprano en la jornada, Merkel mantuvo primero un encuentro con jóvenes empresarios griegos ante los que afirmó "creer con firmemente en las posibilidades del país para salir de la crisis, tras una etapa, muy, muy dura".
Además, señaló las "innumerables posibilidades del país, que no han sido aún todas consideradas y sobre las cuales se puede construir mucho, tras (recorrer) un camino difícil".
"Un voto de confianza"
La visita de Merkel se produjo al día siguiente de que Grecia lanzara esta nueva emisión de deuda obligatoria, la primera desde 2010. La colocación, para la cual la oferta fue ocho veces mayor a la demanda, permitió distribuir esos 3.000 millones de euros en obligaciones a cinco años, con una buena tasa de interés de 4,95%.
Esto constituye un éxito inesperado para un país que todavía está considerado como de 'valor especulativo' por las agencias de calificación de riesgos.
Para la frágil coalición que el conservador Samaras mantiene con los socialistas "esto podría ser suficiente para sobrevivir a las próximas elecciones (nacionales y europeas, que tendrán lugar en mayo). Para la canciller y la opinión pública escéptica de los países endeudados, es una buena operación de relaciones públicas", según afirmó el jueves el diario alemán Münchner Merkur.
El viaje de Merkel a tierras helenas constituye "el segundo voto de confianza" para Grecia tras el otorgado por los mercados, según el periódico local Ethnos.
Tras haber sido muy tensas, las relaciones entre Grecia y Alemania mejoraron a nivel gubernamental, en particular tras una cordial visita a Berlín que Samaras realizara en noviembre pasado.
El "enemigo" europeo
Sin embargo, Merkel, quien ha alabado los "esfuerzos" de Samaras, continúa siendo muy impopular en Grecia. El viernes, al dirigirse a los empresarios, con una sonrisa les dijo: "espero, que esta noche al regresar a sus casas no lamenten haberme encontrado". Su anterior visita, en octubre de 2012, estuvo marcada por un desfile de decenas de miles de manifestantes contra la austeridad.
Tras un atentado con auto bomba el jueves por la mañana cerca del Banco de Grecia, el centro de Atenas estuvo el viernes sometido a estrictas medidas de seguridad y cerrado a las manifestaciones, ya casi rutinarias cuando un alto responsable europeo visita la capital griega.
Sin embargo, la izquierda radical de Syriza, principal partido de oposición -virtualmente empatado en los sondeos con el partido de Samaras- convocó junto a varios sindicatos a una manifestación para denunciar una visita "de apoyo al gobierno griego y a su política destructora antes de las elecciones".
Los griegos asocian Alemania a la pesadilla económica y social que atraviesan desde hace cuatro años: desempleo en el 26,7%, el más alto de Europa, PIB amputado en un 25% en seis años de recesión, caída de un tercio de los ingresos de la población entre 2007 y 2012, y una cuarta parte de las familias amenazadas por la pobreza.
Grecia fue la primera víctima de la crisis de la deuda en la zona euro, a fines de 2009.
Al no poderse financiar ante los acreedores privados, tuvo que recurrir a rescates internacionales de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo (BCE) y el FMI, que sumaron unos 240.000 millones de euros, a cambio de un duro programa de austeridad.
Ello le permitió evitar la quiebra, que habría amenazado la existencia misma del euro.
El país espera salir de los planes de ayuda en 2016. Para este año prevé un leve crecimiento de su PIB, tras seis años de recesión. Grecia sigue sin embargo enfrentada a una elevada deuda pública (175% del PIB), por lo que no es descartable una restructuración de la deuda o un nuevo plan de ayuda, opción en la que Alemania tendrá una opinión determinante.