Burger King negocia con Tim Hortons su traslado a Canadá por ventajas fiscales

MIAMI.-La cadena de comida rápida estadounidense Burger King puso en marcha las negociaciones para la compra de la red canadiense de cafeterías Tim Hortons, según anunciaron ambas compañías a última hora del domingo.

De concretarse la adquisición, Burger King podría trasladar su casa matriz a Canadá y ahorrar en el pago de impuestos. Las dos empresas tendrían juntas un valor de mercado de unos US$18.000 millones, de los cuales US$8.400 millones gracias al aporte de Tim Hortons.

Aún hay que negociar las condiciones para la fusión, pero por lo que se sabe la sociedad 3G Capital, dueña del 70% de Burger King, tendría también la mayoría en una futura compañía conjunta. El resto se lo repartirían los actuales dueños de Tim Hortons y los demás accionistas de Burger King. 

En conjunto las dos firmas tienen una facturación anual de US$22.000 millones y más de 18.000 tiendas en unos 100 países. Sin embargo, el modelo de negocios de ambas firmas se distanció mucho en los últimos tiempos.

Tim Hortons ha ido ampliando su oferta en sus 4.500 filiales ubicadas sobre todo en Norteamérica y así los canadienses han aumentado ganancias y ventas en un mercado muy competitivo.

En cambio, Burger King se encuentra sumido en un duro programa de ajustes y está reduciendo la oferta en sus restaurantes, lo que baja la facturación pero también los costes y está aumentando el beneficio.

Todo apunta a que el objetivo central de Burger King es reducir su carga impositiva. El impuesto de sociedades es en Canadá de en torno a un 26,5%, según la empresa de asesoría KPMG, frente al 40% de media en Estados Unidos, la cifra más alta de los países desarrollados.

Según las leyes estadounidenses, cuando al menos un 20% de las acciones se encuentran en manos de accionistas extranjeros una firma puede cambiar su sede. A causa de ello, desde principios de 2012 unas 20 compañías estadounidenses han anunciado fusiones.

El presidente Barack Obama quiere cambiar la norma para cerrar el agujero fiscal, pero se enfrenta a la oposición de los republicanos que exigen a cambio concesiones en otros puntos de las leyes de recaudación.