Agencia Internacional de Energía rebaja sus previsiones de demanda de petróleo para 2014

PARÍS.- La Agencia Internacional de la Energía (AIE) revisó hoy ligeramente a la baja su previsión sobre la demanda global de petróleo para este año, ante la débil expectativa de crecimiento económico, y la elevó para el siguiente, con la vista puesta en una mejora macroeconómica.

La organización rebajó en 200.000 barriles diarios su previsión de demanda global para 2014, hasta los 92,4 millones, y apuntó que el crecimiento anual se sitúa en los 700.000 barriles diarios, 250.000 barriles menos que en su previsión anterior.

Entre las razones de esa caída colocó los cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que este mes rebajó sus previsiones de crecimiento para 2014 y 2015 por tercera vez en un año, hasta el 3,3% y el 3,8%, una y dos décimas menos, respectivamente, que en su pronóstico previo.

Para el año que viene, la AIE detalló en su informe que la demanda global de petróleo registrará un aumento de 1,1 millones de barriles diarios, lo que sitúa la cifra final en 93,5 millones de barriles al día.

El suministro global, en cambio, se elevó en septiembre en 910.000 barriles diarios, hasta los 93,8 millones, lo que comparado con un año antes, supone un aumento de 2,8 millones de barriles, por un alza principalmente en los países no pertenecientes a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Entre los miembros de ese organismo, lideraron los incrementos Libia e Irak, pese a la creciente inestabilidad regional, y su producción conjunta avanzó en 415.000 barriles diarios desde agosto, hasta los 30,66 millones de barriles al día.

La agencia añadió que el inventario de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) subió en 37,7 millones de barriles diarios desde agosto, hasta los 2.698, lo que redujo el déficit de la media de los últimos cinco años hasta los 38,1 millones, su nivel más bajo desde septiembre de 2013.

Los precios, por otra parte, cayeron por tercer mes consecutivo en septiembre y "se hundieron" en octubre por debajo de los 90 dólares por barril, empujados por un suministro "abundante", por la fortaleza del dólar y por una demanda "titubeante".