Entrevista a Jaime Campos
Sismólogo Universidad de Chile

Es el Responsable Científico del Servicio Sismológico de la Universidad de Chile, Doctor en Geofísica Interna con Mención en Sismología de la Universidad París, y una serie de títulos y cargos que avalan su conocimiento en la materia.

En su oficina del departamento de Geofísica recibió a EMOL y gentilmente nos enseñó y disipó nuestras dudas acerca de los terremotos.

Para introducir al lector en el tema, diremos que los terremotos se producen en la corteza de la Tierra y son el fracturamiento súbito de rocas debido a la acumulación de fuerzas al interior durante centenas de años, las que se liberan rápidamente en cosa de segundos y esa energía se transforma en calor, en romper rocas y el resto que queda sube como ondas sísmicas hasta que llega a la superficie. Es en ese momento es cuando se produce la vibración que gente percibe y califica como terremoto.

Cada 10 años...

P: Existe en Chile la creencia popular de que cada 10 años se produce un terremoto en alguna parte del país. ¿Qué hay de cierto en ello y en qué se basa esa suposición?

R: “Lo que sucede es que si usted toma todos los terremotos destructivos que han ocurrido en Chile desde la llegada de los españoles, o sea desde que hay registro histórico, -especialmente en la zona central de Chile-, se va a encontrar que han ocurrido en 450/455 años, del orden de 45 terremotos destructivos en el país. Eso hace entonces que si usted toma 450 (años) y tiene 45 (terremotos), hace un promedio de 1 terremoto destructivo cada 10 años.

Eso no quiere decir que cada 10 años exactamente usted va a tener un terremoto destructivo; puede que pasen 10 años y no tenga nada o puede que pasen 10 años y tenga 3- o sea, si uno mira la historia de Chile en esa escala, en 450 años, tiene 45 terremotos.

Relación entre el clima y los temblores

P: Cuando la gente dice: “¡Uy! está haciendo calor, va a temblar”. ¿Existe alguna relación entre el clima y los temblores?


R: “Esa creencia debe tener algún arraigo histórico porque cuando no se entendía bien qué eran los terremotos, los investigadores en todas partes del mundo, y en Chile en particular, trataban de correlacionar, de buscar relaciones entre la ocurrencia de los temblores y la posición de la luna, si estaba lloviendo el día anterior o no, si había baja o alta presión, etc. Entonces durante muchos años, como no se entendía qué eran los terremotos, - no habían modelos físicos porque no se sabía el origen-, habían modelos fenomenológicos y la fenomenología, por cierto, es el área en que uno correlaciona una cosa con otra, pero no explica por qué.

Durante muchos años, como no existía una teoría de los terremotos, los investigadores trataban de ver relaciones de una cosas con otras con los terremotos para ver si estaban relacionadas o no. Por eso le decía la posición de la luna, el clima... y por eso quedó arraigada en la creencia de la gente que tenía que ver con el clima, pero hoy día se sabe que los terremotos son independientes del clima, no tiene que ver si hace calor o frío.”

“Hay que ir a la prevención más que a la predicción”

P: Se pueden predecir los terremotos?

R: “No, no se pueden predecir los terremotos. Y aunque se pudieran predecir resulta más importante el prevenir.

Chile es una sociedad en la cual no sólo existe la amenaza sísmica latente todo el tiempo, sino que tenemos inundaciones por el Fenómeno del Niño, a veces sequías, tenemos la presencia de más de mil volcanes activos a lo largo de todo nuestro territorio; con las principales ciudades instaladas cercanas o a los pies de cordillera, por lo tanto, frente a la amenaza de deslizamientos de tierra, inestabilidades gravitacionales, aluviones constantes o bien las ciudades están en el borde costero con las posibles amenazas de salidas de mar, maremotos; en resumen, Chile es un país de riesgo natural. No es como Brasil, allá jamás hay terremotos”.

El académico destacó que ante la permanente amenaza de fenómenos naturales, las autoridades deben tomar precauciones pensando a largo plazo, considerando que servirán tal vez no inmediatamente, pero sí salvarán vidas a en el futuro. Es decir, a veces se da que algunas autoridades se apresuran en que las obras estén listas durante su período “para cortar cintas” y no piensan cómo responderá esa obra a largo plazo.

“Un país que deja de invertir pequeñas platas en hacer policlínicos o mejorar hospitales o hacer pequeñas escuelas y dice: no, yo creo que mejor tomemos toda esa plata y hacemos una represa o hacemos autorrutas o construimos puentes porque sabemos que eso va a generar el desarrollo económico y eso va a producir más desarrollo en los hospitales y todo lo demás, más rápido que estar invirtiendo de a poquitito”, precisó.

“A lo que voy es que hay que ir a la prevención más que a la predicción. Los países modernos no pueden evitar los terremotos, no sacamos nada con saber cuándo viene si sabemos que la construcción está mal hecha, si sabemos que las normas sísmicas son incorrectas. Tú no sacas nada mañana con decir que viene un terremoto para evitar que se caiga el edificio, lo que corresponde hacer es la prevención o sea dimensionar la amenaza, focalizarla, saber dónde esta viene, donde está instalada, generar los códigos de construcción necesarios para que una vez que la amenaza se instale -o sea haya una crisis- venga el terremoto, el edificio quede en pie, la represa no se venga abajo, etc”, manifestó.

“Lo que nos corresponde hacer acá en Chile, lo estamos en estos minutos carentes, es la dimensión preventiva a la altura del problema sísmico nacional que tenemos, que es grande. Eso significa tener normas sísmicas bien calibradas, códigos y ordenanza de construcción acordes con el problema sísmico nacional. Los ingenieros tienen que tener toda la información necesaria para saber dónde está la amenaza y qué tipo de amenaza viene”, señaló.

Explicó que el problema sísmico nacional tiene dos dimensiones: la primera es la preventiva, que es preparar todo el sistema para que cuando ocurra el terremoto la ingeniería haga sentir a la gente que está todo bien hecho y ésta se quede tranquila en sus casas, sienta el temblor y sepa que no se va a caer nada.

La otra es la dimensión reactiva.

Una vez que estamos en una crisis sísmica, que ocurre el terremoto y se corta la luz, el teléfono, etc,la sociedad tiene que tener su sistema para ir en ayuda de la población, crear un sistema listo para esa amenaza, para esa situación.

“Ese escenario tiene que tener un sistema robusto de respuesta: una Onemi que opere correctamente, que tenga precisión donde está el hipocentro y no andar dudando, que pasen horas sin saber dónde está el hipocentro, dónde esta la zona amagada porque la gente que está bajo los escombros no puede esperar. La autoridad tiene que tener la información precisa, dónde ocurrió el hipocentro, cuál es la dimensión de la posible zona dañada, con problemas serios, para poder destinar los recursos a la brevedad posible y focalizar entonces la atención allí y no andar perdido”, enfatizó

Según Campos este resulta ser, a la larga, “un problema de seguridad nacional” por lo que hay que informar y educar a la población acerca de los sismos y destinar recursos para tener investigadores en el área para que generen el conocimiento necesario para que la sociedad los tome y los ingenieros den la respuesta y así se sienta segura.

“Porque el país gasta mucha plata en tener unas fuerzas armadas para evitar que el vecino se nos meta a la casa y nadie cuestiona eso porque ese es un problema de seguridad y si tú sacas la cuenta de cuánto se gasta en seguro, en llaves, en candados, en policías, en investigaciones, para que la gente se sienta segura,....bueno se gasta mucha plata. Ahora, cuánto gasta el país en que la señora que está en el piso 18 de un edificio, cuando ocurra un temblor diga: yo estoy segura porque sé que la ingeniería antisísmica construyó este edificio. Sé que los investigadores en este país son muchos y talentosos y son los mejores. Sé que el país destina mucha energía y focaliza energía en ese sentido, para poder sentirme yo segura.

Yo hago esa pregunta, ese es el enfoque que ha faltado en este país.” Dijo.

P: ¿Qué lugares de Chile se ven expuestos a posibles terremotos?

“Desde Arica hasta la Península de Taitao van a ser esas zonas escenarios siempre de terremotos cada cierto tiempo, 80 ó 100 años.

P: ¿La misma probabilidad?

“Van a ocurrir terremotos porque la placa que está sepultando bajo la placa de América, se traba y se destraba y en ese trabamiento a veces aquí y a veces allá ocurre un terremoto y eso ha sucedido así hace 60 millones de años sin ninguna alteración y no hay nada que indique hoy día que en los próximos 60 millones de años eso vaya a cambiar. Desde Arica hasta la Península de Taitao ha sido escenario de terremotos y no hay nada que indique que no va a seguir siendo, Así es que decir que en el norte viene un terremoto es una especulación. Puede ocurrir en cualquier lugar del territorio y en cualquier momento.”

“Ahora, hay zonas donde hace mucho tiempo que no ha ocurrido un gran terremoto, más de 80-100 años que no ha ocurrido un gran terremoto y en esas zonas son sospechosas de que pronto se libere esa energía (la que se va acumulando bajo tierra). Puede que se libere con un temblor chico, de a poco, eso no se sabe. Lo importante es que la amenaza está ahí latente.”, advirtió.

P: ¿Cuáles son esas zonas?

“Constitución, Concepción y el norte de Antofagasta. Son las zonas donde hace mucho tiempo que no ha ocurrido un terremoto costero. Eso no quiere decir que yo estoy diciendo que vaya a ocurrir, estoy diciendo qué raro, hace mucho tiempo que no ha ocurrido.

En la zona central frente a Valparaíso cuando fue el último, el 85, o sea hace 20 años.

Cuando sabemos que estos terremotos ocurren cada 100 años, sabemos que todavía estamos..., o sea uno intuye que todavía no se ha acumulado mucha energía porque si la acumulación de energía tiene que ver con el tiempo que ha pasado, uno esperaría que puede ocurrir un temblor frente a Valparaíso, pero se supone que no sería tan grande porque no ha habido mucho tiempo para acumular mucha energía. En cambio en aquellas zonas que hacen más de 100 años que no ha habido un terremoto, entonces uno dice: uuy ahí está un poco acumulado, pero puede que pasen 100 años más sin nada.

O sea, sacar promedios de lo que hemos observado en estos últimos 400 años en Chile sea el comportamiento típico, sin tener ningún modelo teórico atrás es especulación.”

“Es muy probable que en nuestra vida, nosotros sintamos más de un terremoto.

La sismología no está en condiciones de predecir los terremotos y la sismología está en condiciones de entregar información a la sociedad para que la sociedad entonces pueda ser capaz de tener sus medidas preventivas como corresponde y sus medidas reactivas.

El tema de la predicción es un tema que está muy lejano dentro de la sismología y muy poca gente se mete en esa área porque se sabe que es muy complejo y además puede llevarse a mala interpretación hacia la sociedad pensando que el objetivo de los sismólogos es andar prediciendo”, recalcó.

P: Campos especificó que el terremoto ocurrido en Valdivia en 1960, no fue el peor terremoto en la historia en el mundo, sino el que más energía liberó.

“Un terremoto tan grande como el de Valdivia, que es el más grande que hubo en toda la historia del siglo pasado, es el más grande que hubo en 100 años.
Si tú tomas desde 1900 hasta el año 2000, el terremoto de Valdivia, él solo liberó más del 30 % de la energía liberada por todos los terremotos del mundo en 100 años.

Si tomas todo el planeta y sumas toda la energía liberada por todos los terremotos, los más grandes que ha habido y el de Valdivia, el sólo pone el
35 %”.

P: ¿Qué probabilidad hay de que vuelva a ocurrir una cosa así?

“No es probabilidad, va a ocurrir, va a volver a ocurrir porque es una zona sísmica y se sigue acumulando energía y va a producirse ese terremoto. Ocurrió en 1835 cuando llegó Charles Darwin.

Darwin llegó un día después que ese terremoto se gatilló... y miró las conchitas y vio cómo se cambió el paisaje... fue un tremendo terremoto. Y el fenómeno se volvió a repetir en 1960, 125 años después, o sea debiera repetirse en unos 120 años después de 1960. Pero el terremoto de Valdivia es el terremoto más grande que ocurrió en el siglo pasado y, sin embargo, no es necesariamente el terremoto más destructor, ni el que más muertes ha causado.

Hay terremotos mucho menores que han producido muchas más muertes que los terremotos más grandes”, precisó.