La campeona alemana
Stefanie Maria Graf nació el 14 de junio de 1969, en Bruehl, Alemania; hija de Heidi y Peter Graf. Empezó a jugar tenis cuando sólo tenía cuatro años.
Su padre, un vendedor de autos y seguros, aprovechaba el tiempo libre que le dejaba su trabajo, para ser entrenador de este deporte. Al notar el interés que la pequeña Steffi demostraba, le regaló una raqueta de madera que era sumamente pesada para su edad.
Aun así, comenzó lanzando la pelota contra la pared de la sala de estar de su casa y a los cinco años ya había participado en su primer torneo. Perdió, pero demostrando desde pequeña el afán perfeccionista que guiaría toda su carrera, se puso a llorar sin consuelo.
Al año siguiente, triunfó y su padre, que ya se había dado cuenta de que tenía un talento especial para el tenis, empezó a entrenarla por las mañanas antes de ir al colegio. En 1982, cuando tenía sólo 13 años, dejó la escuela para dedicarse completamente al tenis.
Peter Graf manejaba directamente la carrera de su hija mayor, Steffi (la sigue su hermano Michael), para que ella se concentrara únicamente en el deporte. Él tomaba las decisiones respecto al calendario, la elección de entrenadores y la administración.
Steffi ganó su primer Gran Slam a los 17 años; un año después, en 1988 venció en los cuatro; es decir, El Gran Slam, venciendo a Chris Evert en el Abierto de Australia, Natasha Zvereva en el Abierto de Francia, Martina Navratilova en Wimbledon, y Gabriela Sabatini en el Abierto de los Estados Unidos. Graf también ganó una medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Verano de ese año, en Seúl, Corea. De los 5 tenistas que han ganado el Grand Slam, ella es la única en ganarlo en cuatro superficies diferentes. Desde 1987 hasta su operación, ganó 21 títulos del Grand Slam, además de los 101 torneos profesionales.
En 1990, estando en la cima de su carrera, sufrió un duro golpe cuando su padre fue encarcelado por evasión de impuestos. La deportista alemana que una vez había dicho Se lo debo todo a mi padre, se sintió desolada y más tarde confesó que en aquellos momentos estuvo pensando en dejarlo todo: el tenis, Alemania, absolutamente todo. No obstante, su mundo y su pasión estaban en el deporte y, a pesar de los problemas familiares, siguió adelante.