NASA
explica las razones de la tragedia
Los técnicos de la NASA centran sus investigaciones
sobre el Columbia en los problemas de temperatura en la parte
izquierda de la nave, y estudian la posible relación
con el desprendimiento de un fragmento de aislante durante
el lanzamiento.
La
investigación técnica de las causas de la catástrofe
podrá tardar semanas o incluso meses, pero los especialistas
de la agencia espacial ya saben por dónde empezar.
El
Columbia se desintegró a unos 62 kilómetros
de altura, durante la fase crítica de su proceso de
aterrizaje, ya que la fricción con la atmósfera
produce unas temperaturas enormes y la nave debía realizar
un giro sobre su eje para poner proa hacia Florida.
Los
investigadores pusieron inmediatamente su atención
en el día del lanzamiento, el 16 de enero pasado. Apenas
un minuto después de iniciar su vuelo, un fragmento
de espuma aislante del depósito de combustible exterior
del Columbia se desprendió y golpeó el ala izquierda
del transbordador.
En
esa misma ala se comenzaron a detectar los problemas de los
sensores de temperatura y en la presión de la rueda
del tren de aterrizaje de ese lado, sólo siete minutos
antes de la catástrofe.
Ron
Dittemore, jefe del programa de Transbordadores de la NASA,
señaló que "no sabemos muy bien en qué
parte del ala golpeó" el fragmento, y añadió
que en su momento "se juzgó que no suponía
una preocupación para la seguridad. No se puede descartar
que pueda haber una conexión".
Antes
del aterrizaje, los responsables de la misión estudiaron
las imágenes del lanzamiento y llegaron a la conclusión
de que, si el fragmento de aislante causó algún
tipo de daño a la cubierta de losas cerámicas
que protege el exterior de la nave, el efecto debía
ser mínimo.
Los
transbordadores tienen más de 20.000 de esas losetas
de material cerámico que absorben el calor que se genera
con la fricción de la atmósfera. Las losetas
se calientan a más de 1.100 grados centígrados,
pero en el borde de ataque de las alas alcanzan más
de 1.600 grados. Un problema en la cubierta cerámica
puede conducir a un calentamiento en el interior de la nave
y a consecuencias potencialmente catastróficas.
Si
el daño de la nave que sufrió al despegue fue
el culpable de la tragedia, el transbordador y su tripulación
de siete astronautas podrían estar condenados desde
el mismo inicio de la misión.
Dittemore
indicó que no había nada que los astronautas
pudieron haber hecho en órbita para reparar las cerámicas
térmicas y nada que los controladores aéreos
hubieran podido hacer para traer a tierra a un transbordador
con semejante desperfecto, ante las altas temperaturas que
experimentan al ingresar a la atmósfera.
Otra
posibilidad que han comenzado a apuntar varios expertos en
vuelos espaciales es que se registrara un colapso estructural
total debido a un problema en el ángulo de aproximación
del Columbia a la tierra.
Los
transbordadores espaciales inician el proceso de aterrizaje
con un breve encendido de los motores para acercarse a la
atmósfera.
A
continuación, se apagan los cohetes y la nave se limita
a planear, en un vuelo controlado por computadoras.
A
fin de reducir la velocidad, que alcanza más de 25.700
kilómetros por hora, las naves realizan una serie de
giros destinados a aumentar la fricción para obtener
un frenado aerodinámico.
El Columbia se desintegró en el momento en que debía
realizar un fuerte giro sobre su eje para frenar aún
más y encarar la ruta de aproximación hacia
la pista de Cabo Cañaveral (Florida).
En
esas circunstancias, cualquier problema o error puede ser
muy grave. "Ese tipo de fuerzas puede destrozar la nave
espacial", señaló un experto.
En
cambio, por ahora no se ha hablado de un estallido de los
cohetes o el combustible, ya que los motores estaban apagados
en el momento de la catástrofe.
Autoridades
de seguridad, en tanto, explicaron que no tuvieron indicios
de actos terroristas, pues el transbordador se encontraba
totalmente fuera del alcance de cualquier misil tierra aire,
indicó un funcionario gubernamental de alto nivel.
Así
lo afirmó el administrador de la agencia espacial,
Sean O'Keefe, quien informó además que se encargaron
dos equipos de investigación, uno de la NASA y otro
independiente, de manera de esclarecer bajo qué circunstancias
se produjo el accidente. Estas comisiones especiales informarán
a todo los departamentos gubernamentales de los nuevos antecedentes
que puedan ir recopilando.