Los métodos de planificación más utilizados en la actualidad son los hormonales combinados (estrógeno más progestágeno), ya sea la píldora anticonceptiva (ACO), el anillo vaginal o el parche que son de aparición más reciente, pero según la OMS éstos presentan una serie de contraindicaciones.
Las investigaciones han logrado determinar una serie de patologías que se pueden asociar al uso de la ACO y por ello, se recomienda que no sean usados, entre otros, en los siguientes casos:
- la mujer mayor de 35 años, fumadora, por riesgo de trombosis (accidente vascular).
- la mujer que está lactando hasta 6 meses después del parto.
- la mujer hipertensa.
- aquélla que tenga antecedentes de embolia pulmonar.
- en aquélla mujer que será sometida a cirugías que requieren mucho tiempo de reposo o inmovilización prolongado.
- cuando existen antecedentes de trombofilias.
- aquélla que presenta jaquecas con síntomas neurológicos focales.
- la mujer con antecedentes de infarto o enfermedades cardiovasculares.
- la mujer con diabetes mellitus con alteraciones vasculares.
- la mujer con cáncer de mama actual o activo.
- cuando se utilizan fármacos contra la epilepsia.
- la mujer con cirrosis hepática.
Debido a lo anterior, explica el doctor Ernesto Pizarro, se hace fundamental que los dispositivos hormonales, especialmente la ACO, sean recetados por un especialista, quien debe evaluar, a partir de las características del paciente, el tipo de anticonceptivo más adecuado a usar según sea el caso.
Las dosis actuales utilizan cantidades de hormonas considerablemente menores a cuando la ACO salió al mercado hace 46 años; hoy tienen una décima parte el progestágeno y en una séptima el estrógeno. También se han creado nuevos progestágeno que aumentan la tolerancia y ello baja la magnitud de los efectos colaterales.