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Cáncer cérvico uterino

Las NIE pueden desaparecer solas; en el caso de las NIE I éstas tienen más de un 50% de posibilidades de una regresión espontánea y en ello tiene mucho que ver con la edad de la mujer, pero se debe tener mucho cuidado, pues algunas NIE I en realidad son de un grado mayor que en la biopsia. Las NIE II y III, en cambio, son de cuidado porque pueden evolucionar a un CACU, sin tratamiento oportuno.

 

Su tratamiento es conservador, y éste puede ir desde la destrucción local de la lesión con diferentes técnicas, como la crioterapia (aplicación de frío), a la extirpación de la zona afectada (conización).

 

 El CACU tiene un tratamiento más radical que puede ir desde la quimio y radioterapia, y la histerectomía (ver capítulo Hiterectomía) por separado o combinadas. Todo va a depender de la extensión del tumor.

 

Las tasas de sobreviva a un CACU invasor son de 50 a 55% en promedio, y por eso es tan importante la detección precoz mediante PAP anuales, considerando que éstos pueden dar un resultado falso negativo.
 
La prevención del CACU no sólo pasa por hacerse el PAP regularmente una vez iniciada la vida sexual (y sólo realizado por un ginecólogo o matrona), sino que también por un cuidado personal basado en una actividad sexual responsable y una vida sana (alimentación rica en antioxidantes y no fumar).

 

A esto se puede sumar la aplicación de vacunas preventivas contra el VPH que ya están siendo utilizadas en algunos países y cuyos efectos muestran efecto al menos por 5 años; se debe recalcar que ellas son para algunos de los tipos de VHP. Hay consenso de que se deberían aplicar a los 12 años, antes de que la mujer inicie cualquier contacto sexual.

 

 


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