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Desde la época del Chile colonial las luchas de gallos fueron las protagonistas de muchos espectáculos que atrajeron la presencia, la entretención y por qué no decirlo también, las apuestas de muchos campesinos.
Pese a que actualmente están prohibidas, estos encuentros aún se pueden ver en algunas localidades sureñas. Y es que las riñas de gallos fueron en Chile ampliamente difundidas, muy populares y se constituyeron como parte importante de ciertos ritos en algunas festividades.

Tal como su nombre lo explica, la pelea de gallos consiste en la lucha entre dos aves, de las cuales una se tenía que imponer sobre la otra. Las causales de cansancio, tabla, muerte o abandono definían los resultados del combate. Este se llevaba a cabo en el reñidero, que es un círculo de 3,40 metros cuarenta de diámetro por 0,80 de alto. El centro de este "circo" está cubierto con ripio o con una especie de alfombra y sus paredes son de esterilla.

Los galleros son aquellos que preparaban y "entrenaban" a sus aves para la contienda. Bajo su responsabilidad se encontraba el control del peso, las pruebas y ejercicios de resistencia y las curaciones de las posibles heridas que presentaran.