El cine ha inmortalizado a muchos autos, pero algunos pasaron a la historia no por su gloria en pantalla, sino por los destrozos que sufrieron en nombre del entretenimiento, algunos de ellos de muy alto valor, tanto monetario como piezas históricas de la automoción.
Revisamos cinco conocidos casos de valiosos ejemplares que terminaron destruidos en famosas producciones cinematográficas.
Porsche 917 K: un sacrificio sin guion
En la película Le Mans de 1971, protagonizada por Steve McQueen, uno de los grandes protagonistas no fue un actor, sino el Porsche 917 K. Este icónico bólido, emblema de las carreras de resistencia, sufrió un accidente que no estaba en el guión: durante una escena a alta velocidad, reventó una rueda y terminó estrellado contra las barreras. El conductor David Piper resultó herido, y el Porsche, severamente dañado. A pesar de ello, el deportivo fue reconstruido y su valor continuó creciendo.
Aston Martin DB10: el caro juguete de James Bond
En la cinta Spectre de 2015, James Bond no tuvo piedad con uno de los autos más exclusivos jamás creados: el Aston Martin DB10. Diseñado especialmente para la película, este modelo anticipaba el diseño de la futura generación del Vantage. Solo se fabricaron diez unidades, y siete de ellas fueron destruidas durante el rodaje. En la espectacular persecución por las calles de Roma, uno de los DB10 acabó hundido en el río Tíber. Un ejemplar sobreviviente fue subastado por más de 3 millones de euros, reflejo del valor de este exclusivo modelo.
Rolls-Royce Phantom: el lujo de Tony Stark partido por la mitad
El alto presupuesto asignado para Iron Man 2 de 2010 permitió que Tony Stark apareciera a bordo de un lujoso Rolls-Royce Phantom durante la famosa escena de la carrera en Mónaco. Pero ni el lujo ni la potencia pudieron salvar al Phantom del látigo electrificado de Ivan Vanko, el villano interpretado por Mickey Rourke. No se trató solo de efectos digitales: dos unidades reales, valoradas en 490.000 euros cada una, fueron literalmente cortadas por la mitad gracias a los fondos de la cinta.
Aston Martin DBS: eludiendo la muerte
En Casino Royale de 2006 el sofisticado Aston Martin DBS V12, conocido por su potente motor y diseño elegante, protagonizó una de las mejores secuencias de persecución de las últimas entregas con un final tan impresionante como el mismo vehículo. En un intento por evitar a Vesper Lynd, amarrada en medio de la carretera, James Bond pierde el control del vehículo, lo que resulta en una secuencia de siete vueltas de campana que dejaron el auto completamente destrozado.
Lamborghini Huracán: otra víctima de Los Vengadores de Marvel
En la cinta Doctor Strange de 2016 este deportivo italiano de alto rendimiento, impulsado presumiblemente por su potente motor V10, fue protagonista de una escena de choque sorprendentemente real en Doctor Strange. A diferencia de muchos efectos especiales, la destrucción del Huracán fue física y directa. Su relevancia en la película radica en ser el vehículo que el brillante pero arrogante neurocirujano Stephen Strange conducía antes del accidente que cambió su vida por completo, simbolizando su antigua existencia.
