El gobierno de Donald Trump anunció su intención de revisar el sistema Start-Stop presente en millones de vehículos en Estados Unidos, tras recibir supuestas quejas de usuarios que consideran esta tecnología "molesta".
Según publica AutoBild.es, la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés), encabezada por Lee Zeldin, afirmó que están "arreglando la tecnología que todos odian".
El Start-Stop es un sistema diseñado para reducir el consumo de combustible y las emisiones contaminantes. Funciona apagando automáticamente el motor cuando el vehículo está detenido, por ejemplo, en semáforos o congestión, y lo vuelve a encender cuando se reanuda la marcha.
Según estudios, esta tecnología puede disminuir el consumo de combustible entre un 8% y un 15%, y reducir las emisiones de los vehículos hasta un 5%.
Pese a sus beneficios, en Estados Unidos no existe una norma que obligue a los fabricantes a incluir esta función, a diferencia de Europa, donde su uso es obligatorio en los nuevos modelos.
Aun así, se estima que alrededor del 65% de los vehículos en circulación en el país de América del Norte la incorporan, debido en parte a los incentivos que existieron durante la administración de Barack Obama y a la importación de vehículos fabricados bajo normativas europeas.
Hasta ahora, la EPA no ha detallado cómo piensa modificar una tecnología que viene instalada de fábrica ni ha explicado por qué considera necesario intervenir en un sistema que puede desactivarse manualmente con solo pulsar un botón.
De ahí que la medida anunciada por la EPA generó desconcierto entre los expertos, ya que la revisión proviene precisamente de una agencia dedicada a la protección ambiental.