Varias marcas chinas de automóviles denunciaron una campaña de ataques coordinados en su contra a través de redes sociales y medios de comunicación, donde se han difundido comentarios negativos, críticas y noticias falsas de sus productos, por lo que ya han iniciado acciones legales en contra de los eventuales responsables.
Entre las compañías afectadas se encuentran BYD, Deepal y Li Auto, empresas que aseguran ser blanco de lo que califican como "relaciones públicas negras", una práctica que utiliza usuarios pagados o cuentas falsas en la web para desprestigiar a marcas mediante contenidos manipulados o directamente falsos.
Los fabricantes sostienen que esta ofensiva ocurre en un contexto de creciente éxito internacional de los automóviles chinos, especialmente en el segmento de los vehículos eléctricos, donde gracias a una cadena de producción completamente integrada —desde la extracción de materias primas hasta la fabricación de baterías—, las marcas chinas han logrado ofrecer productos de calidad a precios más bajos que sus competidores occidentales. Esta ventaja, según las empresas, ha despertado recelos en el mercado global.
En respuesta, indica un reporte de AutoBild.es, las compañías afectadas han comenzado a tomar medidas. Deepal, por ejemplo, creó un "fondo de defensa" para proteger su reputación, mientras que su marca hermana, Avatr, afirma haber reunido más de 200 pistas para iniciar acciones legales contra los autores de estas acciones.
Por su parte, BYD ya obtuvo un fallo favorable en un juicio por difamación contra el influencer Longzhu-Jiche, quien deberá pagar una indemnización de 280.000 dólares por la difusión de información falsa.
Además, algunas marcas ofrecen recompensas económicas a quienes aporten pruebas que ayuden a identificar a los responsables de estos ataques digitales. Según un informe de uno de los fabricantes, ya se han detectado más de 700 publicaciones con contenido falso sobre sus vehículos y que, acusaron, pretenden frenar su expansión en los mercados internacionales.