Barrientos luce orgullosa sus tres medallas conseguidas en Corea.
Archivo personal
SANTIAGO.- Cuando tenía 14 años se juramentó: "Voy a morir en una pista de atletismo". Hoy tiene 52 y mantiene firme su postura. Pero claro, ahora ya suma 14 medallas mundiales en su palmarés, lo que la motiva a seguir participando en competiciones al más alto nivel.
Es Marcela Barrientos, la atleta nacional que acaba de brillar en el Campeonato Mundial de Atletismo Senior Indoor en Saegu, Corea del Sur, donde consiguió preseas en las pruebas de salto alto, lanzamiento el disco y de la bala.
Recuerda que cuando era muy chica, a los 12 años, comenzó su amor por el deporte. Se cambió de colegio y ahí conoció el atletismo. "No sabía de qué se trataba. Por mis condiciones físicas, alta, piernas largas y flaca, un profesor me dijo que me dedicara al salto alto. Y a eso me dediqué. Hasta que cuando cumplí 30 empecé a participar en las pruebas de lanzamiento. Hoy compito en las tres", cuenta a Emol mientras conduce para llegar a su casa y alcanzar a hacer todo lo que su rutina diaria le depara.
Se levanta temprano, a las 8 de la mañana hace pesas y se va a entrenar a la Clínica Meds. Luego regresa a su hogar, hace un par de labores domésticas ("aún no pago el permiso de circulación del auto"), va al supermercado y se prepara para ir a los dos colegios donde trabaja como profesora de Educación Física. Y todo termina en los campos deportivos de la Universidad Católica.
"No me veo en mi casa sentada sin hacer nada, ni loca. Esto es mi vida. Mi familia me apoya ciento por ciento. No es fácil ir a un campeonato mundial donde son como dos semanas fuera de la casa. Eso sí, los años no pasan en vano pero para mí es una calidad de vida y la disfruto a mil", comenta.
Pero, ¿por qué se da el éxito ahora y no más joven? Barrientos revela que antes "no tenía nadie que me motivara ni que me apoyara. Pero ahora es distinto. Yo sola me hice el ánimo. De hecho mi sueldo como profesora lo destino casi en su totalidad a mi carrera deportiva. Es mi esposo quien corre con la mayoría de los gastos en la casa".
Y como le sucede a muchos deportistas, "no hay mucho apoyo de la empresa privada. Menos a los seniors, nos tienen olvidados. De hecho hasta el año pasado yo me costeaba mis viajes y por eso tenía que elegir muy bien a qué competencias ir. Ahora ya cuento con ayuda en ropa y suplementos alimenticios. Además, el Comité Olímpico de Chile me ha ayudado para los últimos dos mundiales. Lo que todavía falta es la plata para ir a los torneos de verdad afuera, pagar los alojamientos, la estadía".
Ahora sigue con su rutina. No quiere dar ventajas a sus rivales y antes de despedirse vuelve a recalcar. "Ya te lo había dicho, pero me voy a morir en una pista. Lo dije y así será".