El Boca de Carlos Palacios y Williams Alarcón sufrió una horrible humillación. En la Fase 2 de la Copa Libertadores fue eliminado por Alianza Lima en La Bombonera y ya en febrero se quedó sin torneos internacionales para el resto del año.
El técnico Fernando Gago ha sido severamente criticado y su continuidad pende de un hilo. También hay muchos jugadores cuestionados. La dirigencia no escapa de los dardos y el principal apuntado es el presidente Juan Román Riquelme.
Riquelme, como futbolista, es uno de los ídolos más grandes en la historia de Boca. Ganó once títulos, incluidas tres Copas Libertadores y una Intercontinental.
Sin embargo, siempre tuvo un perfil polémico y confrontacional. Ya retirado, y con claras ganas de entrar a la vida política del club de su vida, se mantuvo en la palestra con declaraciones muy duras contra el por entonces presidente Daniel Angelici. Era un férreo opositor.
"Hay elecciones a fin de año y tienen que esconder todas las cosas que se hicieron mal. Nos prometieron ir a Japón para el Mundial de Clubes y ahí va a estar el rival de toda la vida (River). Esperemos que el hincha de Boca no se deje confundir y tenga memoria (...) No me sorprendería que me manden a poner banderas en contra mía, todo puede pasar", dijo en 2015.
Sus críticas también iban a los jugadores de Boca, que por aquel entonces tenían que ver cómo River triunfaba a nivel continental.
"Con la camiseta de Boca, si quieres demostrar que eres bueno, tienes que ganar la Copa Libertadores. Después, un campeonato local quédate tranquilo que si estás en Boca tres o cuatro años un torneo local vas a ganar, una Copa Argentina vas a ganar. Los buenos ganan la Libertadores", expresó. Carlos Tevez, otro ídolo y por entonces referente del plantel, le respondió y dijo que "Riquelme afuera de la cancha deja mucho que desear".
En 2019 Román se presentó en una lista en que iba como vicepresidente segundo y que también componían Jorge Amor Ameal (presidente) y Mario Pergolini (vicepresidente primero). Triunfaron y asumieron el mando.
El ex jugador del Villarreal se transformó en el hombre que tomaba todas las decisiones importantes respecto al plantel y se rodeó del Consejo de Fútbol integrado por otras viejas glorias del club como Mauricio Serna, Jorge Bermúdez o Raúl Cascini.
La relación de Riquelme con Pergolini era tensa, sin afinidad y carente de diálogo. Pergolini, que estaba enfocado en proyectos de comunicación y tecnología, se sentía pasado a llevar. Riquelme le ponía trabas para que los jugadores dieron notas al canal oficial de Boca e incluso para que los periodistas del club se pudieron mover por el predio de Ezeiza.
"Román fue lo suficientemente hábil para crecer y hacer lo que quería hacer, a mí me parece dándole la espalda al proyecto que lo llevó", declaró.
Como vicepresidente, y líder del fútbol profesional, a Riquelme le fue bien. En su era el elenco azul y oro conquistó seis títulos. Pero polémicas no faltaron. Sebastián Battaglia, otra leyenda de la institución, asumió como técnico interino en un mal momento, y fue campeón dos veces. Pero padeció una ráfaga de malos resultados y lo despidieron. Lo que generó mucho ruido fue la forma. No le dieron las razones para sacarlo y lo echaron en una reunión que se realizó en una estación de servicio.
En 2023 Riquelme decidió que se iba a presentar a presidente. Su principal rival era Andrés Ibarra, un candidato impulsado por Mauricio Macri, ex Mandatario de la República de Argentina y y el dirigente más exitoso en la historia de Boca.
Fue una campaña muy sucia. Macri y Javier Milei, actual Presidente de Argentina, estuvieron inmiscuidos. Ambos promueven las Sociedades Anónimas en el deporte trasandino. Román, en cambio, siempre defendió que "el club es de los socios".
En las elecciones, Riquelme arrasó. Se convirtió en el presidente más votado en la historia del fútbol argentino. Una muestra de cariño que demostró lo que significaba él para los fanáticos. Milei fue a votar a La Bombonera y fue atacado por los adherentes del ídolo.
A fines de ese 2023 Boca llegó a la final de la Copa Libertadores con Jorge Almirón como DT, pero la campaña en el torneo local fue mala y solo le alcanzó para clasificar a la Sudamericana. Para 2024, ya sin Almirón, el objetivo era ganar todo lo que se jugara.
Sin embargo, el equipo estuvo lejos de ser competitivo. No conquistó nada a nivel local y en la Sudamericana fue eliminado tempranamente por el Cruzeiro. Las críticas contra Riquelme se hicieron durísimas. Le cuestionaban la forma de conducir al club, el armado del plantel, el traer refuerzos que los entrenadores no pedían, pero sí eran de su gusto. También se hablaba que el Consejo de Fútbol era un "club de amigos".
"Tuvimos que aguantar muchas cosas que no fueron lindas, sanas, tener que escuchar periodistas que los entrenadores (de inferiores) no estaban preparados, que estaban acá por ser amigos míos", lanzó en agosto del año pasado en diálogo con ESPN.
En esa misma entrevista, Riquelme enalteció su gestión ya que la selección argentina convocó a tres jugadores de Boca para los Juegos Olímpicos. "Nunca escuché en la tele que digan 'qué bien Boca que deja que los chicos vayan a representar a la Selección Argentina'", dijo el "Torero". El periodista Diego Fucks le respondió: "Prende la tele entonces, porque acá se dijo". Riquelme se enojó, inició un tenso diálogo con Fucks e indignado abandonó la conversación. "A mí no me reta ni mi viejo", apuntó.
A los problemas futbolísticos se le sumaban papelones fuera de la cancha. A mediados de la temporada anterior Boca trajo varios refuerzos, entre ellos Gary Medel, pero no los pudo inscribir a todos para disputar la Sudamericana. ¿Por qué? Se pasaron del plazo que daba Conmebol para hacerlo. "Hubo un temita con el tema horarios, estábamos tranquilos que podíamos presentar la lista hasta las 7 de la tarde de Asunción que sería a las 8 de la noche nuestra, mandamos el mail a las 7.43 de la tarde y al final no era así: era a las 7 de la tarde nuestra y 6 de Asunción. Esa es la realidad y nada más que eso", explicó Riquelme.
La debacle no paraba. Luego de perder el clásico con River, Milei se acordó de Riquelme. Lanzó sus dardos y le dejó un mensaje a la hinchada.
"No hay tal cosa como un almuerzo gratis. En la economía, como en la vida misma, podés hacer todo lo que quieras, lo que no puedes es evitar pagar los costos", comentó.
El técnico Diego Martínez, el sucesor de Almirón, se fue por malos resultados y lo reemplazó Fernando Gago. Sin jugar bien, y sufriendo hasta el final, Boca rasguñó la clasificación para la Fase 2 de la Libertadores.
Buscando dar un golpe de timón, Riquelme gastó una fortuna en el último mercado. Llevó entre otros a Palacios y a Alarcón y en total desembolsó más de 25 millones de dólares. El quedar fuera con Alianza fue un golpe completamente inesperado.
Las críticas a Román han sido feroces estos días. "Como dirigente no me transmite nada. Tiene que dejar su ego y pensar más en Boca. Deja mucho que desear y nada que ver a lo que uno pensó que podía hacer. Habla que esta es su casa y no se entienden los movimientos que hace. Esto viene de larga data. Dice una cosa y después hace otra. Cuando no estaba en el club se quejaba y ahora hace eso mismo. Tiene que ser más abierto, sin tanto ego. Si no escucha y siempre va a hacer lo que él dice… Debe mirarse al espejo y ver lo que pasó en estos años", dijo José "Pepe" Basualdo, campeón del mundo con Boca y ex DT de la U en Chile.
Óscar Ruggeri, campeón del mundo con Argentina y ex futbolista del xeneize, se mostró furioso con la actual dirigencia.
"Dos años que no participan en Copa Libertadores. ¿Cómo un equipo como este no va a estar en la Copa Libertadores? Nos hace mal al fútbol argentino; hasta a River, la Conmebol. ¡A todos les hace mal! Dos años no va a jugar. Es un fracaso rotundo. Eso tiene que preocupar a los dirigentes. Imagínate si Riquelme no estaría de presidente y estaría afuera las cosas que estaría diciendo. Barbaridades, ¿o no? Ahora estamos con Gago porque es el responsable absoluto, pero es un fracaso de los dirigentes desde hace dos años", manifestó.
Aún más duro fue Carlos Mac Allister, un ícono de Boca en la década del noventa. "Me parece que, de todos los libros de pases que hizo Riquelme, éste es el mejorcito. Pero los libros de pases anteriores fueron muy malos. Me parece que Riquelme fue sin duda el mejor jugador de la historia de Boca, pero en la historia que conozco, de 1992 para acá, ha resultado ser el peor presidente", aseveró.
¿Hasta cuándo dura el mandato de Riquelme? Hasta 2027, pero si las decepciones continúan incluso los hinchas que lo adoran podrían darle la espalda.