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FNE presenta requerimiento por colusión contra Walmart, Cencosud y SMU

Según la acusación de la Fiscalía Nacional Económica, las cadenas de supermercados habrían concertado un acuerdo para fijar precios en la carne de pollo. El ente persecutor pidió multas por US$ 22 millones para cada firma.

06 de Enero de 2016 | 16:07 | Emol
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El Mercurio
SANTIAGO.- La Fiscalía Nacional Económica (FNE) presentó un requerimiento contra varias cadenas de supermercados, por haber acordado fijar, a través de sus proveedores, un precio mínimo de venta de carne de pollo fresca, al menos, entre 2008 y 2011, restringiendo la competencia en este mercado.

La acción judicial fue presentada ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) y apunta contra Cencosud, Walmart y SMU (Unimarc).

Asimismo, el ente persecutor solicitó multas por 30 mil UTA (US$ 22,9 millones) por cada firma.

De acuerdo al requerimiento, la investigación tuvo su origen tras el caso del cartel de pollo entre Agrosuper, Ariztía, Don Pollo (firmas condenadas a pagar multa por US$ 60 millones) y la Asociación de Productores Avícolas (sancionada con su disolución).

El documento señala que, en virtud del acuerdo, los supermercados estaban impedidos de vender carne de pollo fresca por debajo del precio de lista mayorista más IVA y que la coordinación entre las requeridas se dio a través de los proveedores.

En su acusación, la FNE plantea que las cadenas "adhirieron conscientemente a un esquema común que sustituyó los riesgos de la competencia por una cooperación práctica entre ellas", con el objetivo de "regularizar el mercado" y "evitar guerras de precios".

Cómo operó el acuerdo


Este mecanismo quedó al descubierto en el marco de la investigación realizada en el denominado caso pollos, fallado recientemente en última instancia por la Corte Suprema. A partir de los indicios detectados en esas pesquisas, el 14 de diciembre de 2011 se llevó a cabo la entrada, registro e incautación en dependencias de los actores de la industria supermercadista.

En esa diligencia fue posible recopilar diversos antecedentes (contenidos en equipos computacionales y respaldos de correos electrónicos) que dan cuenta de los contactos sostenidos entre ejecutivos de las cadenas de supermercados y de las empresas proveedoras de pollos.

Los documentos revelan que los primeros reclamaban por vía telefónica o por e-mail ante los segundos cuando detectaban que otra cadena se desviaba del acuerdo de no vender bajo el precio de lista mayorista. El objetivo de estas gestiones era que los proveedores actuaran como intermediarios, alertando a la otra cadena sobre el incumplimiento para que se ajustara a las directrices acordadas.

Para que el acuerdo funcionara, las cadenas requeridas monitorearon constantemente los precios de venta a público de la carne de pollo fresca de su competencia, tanto a través de personal interno como por medio de empresas externas contratadas para ese fin.

En la investigación, la Fiscalía también conoció determinados antecedentes que dan cuenta de interacciones similares a las descritas en relación a otros productos que componen la canasta, los que forman parte del expediente de investigación que será acompañado al proceso.

Impacto del cartel


La FNE señaló en su requerimiento que el acuerdo confirió a las cadenas poder de mercado suficiente para garantizar un precio mínimo de venta para la carne de pollo fresca en todo el mercado nacional.

Esto se refleja en que las tres requeridas, en conjunto, alcanzaron en 2011 el 91,2% de participación en las ventas de pollo fresco en el canal supermercadista. Esta categoría, representó entre 2010 y 2011 alrededor de 10% de las ventas de productos "Food" de este canal.

En su presentación, la FNE destacó también que a través de la conducta señalada, los supermercados tendieron a restringir la competencia por precios entre cadenas, pues lograron disminuir la incertidumbre sobre el comportamiento estratégico y competitivo de las firmas rivales.

Lo anterior cobra especial importancia en la categoría que fue objeto del acuerdo, pues se trata de un producto de alta sensibilidad y recordación, con una considerable capacidad para generar tráfico en los locales.

Al cierre de 2011, Cencosud, SMU y Walmart sumaban en conjunto una participación de 92,5% en la industria supermercadista, con sus marcas Jumbo y Santa Isabel; Unimarc, Bigger, Mayorista 10, Maxi Ahorro, Alvi, Dipac y Comer; Hipermercado Lider, Lider Express, SuperBodega aCuenta y Ekono, respectivamente.
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