TOKIO.- Japón ha decidido alargar los períodos de estancia máximos para trabajadores extranjeros en proceso de formación y con bajo nivel de cualificación, una decisión destinada a paliar la creciente falta de mano de obra del país asiático.
La modificación legislativa entrará en vigor en 2019, y está dirigida principalmente a atraer a más empleados extranjeros para sectores como la agricultura, la enfermería o la construcción, en los que la escasez laboral es más acuciante, según adelanta hoy el diario económico nipón Nikkei.
Japón cuenta actualmente con un programa especial de visados de cinco años para trabajadores foráneos en fase de prácticas y nivel de estudios equivalente a la formación profesional, aunque la normativa les obliga a regresar a sus países de origen transcurrido este plazo.
La nueva medida alargará este período hasta los diez años, permitiéndoles así continuar con el proceso de formación y ofreciendo al mismo tiempo a las empresas la posibilidad de disponer de más trabajadores a costo reducido.
Estricta política migratoria nipona
La estricta política migratoria de Japón hace que el número de trabajadores extranjeros sea mínimo en comparación con otros países desarrollados, aunque esta cifra ha crecido en los últimos años a merced del declive demográfico del país y de la flexibilización de los visados de trabajo en determinados sectores.
Mientras que existen requisitos de entrada y residencia más favorables para los extranjeros de alto perfil profesional en sectores como las tecnologías de la información o la gestión empresarial, por lo general las autoridades niponas no conceden permisos de residencia para trabajadores de baja cualificación.
En Japón hay unos 1,28 millones de trabajadores extranjeros, lo que supone menos del 2% del total y un 18% más que en 2016, según datos del pasado octubre difundidos por el Gobierno.
Este avance se debió en gran parte a los empleados en proceso de formación con estatus de residencia temporal, que ascendió a 250.000 en la citada fecha, y que se incrementará con la nueva normativa diseñada para cubrir las necesidades de mano de obra de las empresas.
El año pasado 114 compañías niponas se vieron obligadas a cesar sus actividades por falta de trabajadores, un 44% más que en 2016 y la mayor cifra del último lustro, según datos de la consultora Teikoku Data Bank.