Si bien hay empresas que perpetraron el teletrabajo, otras están prontas a iniciar un nuevo periodo por las vacaciones escolares de invierno. No obstante, para algunos colaboradores, desenvolverse a distancia les ha jugado en contra, impidiendo ascensos y reconocimiento, lo que deriva en el concepto de “Zoom ceiling”, lo cuál complica las oportunidades de ascenso o invisibiliza las labores de los trabajadores.
A juicio de Lissette Provoste, gerenta de Cultura y Desarrollo Organizacional de Trabajando.com, “la presencialidad y la interacción cara a cara, es un elemento fundamental en la percepción humana. En ese sentido, estar presentes, tiene connotaciones de compromiso y entrega, sentimientos de pertenencia, cualidades que se tienen muy en cuenta a la hora de promocionar o ascender en un puesto de trabajo”.
“Hay muchas organizaciones que no ven el trabajo remoto como algo que perdurará, pero eso es un error. Definitivamente es una forma de trabajar que ya está instalada y que de a poco tendrán que instalarlo, pues si no quedarán atrás de las nuevas tendencias en cuanto a recursos humanos y beneficios para colaboradores”, afirma Provoste.
En ese sentido, una de las tareas para las empresas es que “deberán hacerse de cargo de generar nuevas políticas que impidan el zoom ceiling, para eso, las promociones o ascensos no deben depender del lugar en el cual trabajan o se conectan los colaboradores, sino de que cumplan con todos los requerimientos profesionales”, señala la gerenta de Trabajando.com.
Por otro lado, la ejectuiva expresa que la mejor forma de evitar los factores negativos del teletrabajo es “generar espacios de trabajo híbridos, que permitan trabajar de forma remota, ya sea desde la casa, un parque o donde se esté cómodos, y esto, combinarlo con uno o dos días de trabajo presencial.
“Esto genera que los colaboradores sientan que no han perdido la libertad de elegir dónde trabajar y los beneficios de autogestionar su tiempo y la calidad de vida, que se ganó en los tiempos de pandemia, y, por otro lado, permite volver a establecer relaciones interpersonales y de confianza con los equipos de trabajo”, expresa la gerenta.
Por lo tanto, “incorporar flexibilidad a la jornada de manera universal, tanto para trabajadores presenciales como para aquellos que lo hacen remoto, contribuirá a eliminar el sesgo que relaciona el trabajo desde casa con una menor productividad o relajo y, por contraposición, la presencia de mayor compromiso. Por lo tanto, reforzar las reuniones individuales puede ayudar a minimizar la falta de oportunidad o recibir feedback”, finaliza Provoste.
