Por cierto, el caluroso debate que trajo consigo el anuncio del Presidente, Gabriel Boric, referente a la esperada Estrategia Nacional del Litio, se ha efocado en su idea matriz: que el Estado tome el control de la industria del llamado "oro blanco" del país.
Sin embargo, el plan también cuenta con otras aristas, como la creación de una Empresa Nacional del Litio, la cual requerirá un proyecto de ley y seguramente deberán pasar años antes de que vea la luz, y también la conformación del denominado Instituto Tecnológico y de Investigación Público de Litio y Salares.
Lo anterior, si bien no ha generado mayor atención entre el concierto de voces que ha entrado al debate, para varios expertos se trata de una iniciativa interesante de analizar, considerando que dicho instituto no requiere pasar por el Parlamento para crearse y apunta aimpulsar estudios que permitan innovaciones ambientales y productivas, así como la preservación de los salares.
Se trata de un centro que sería financiado con los ingresos provenientes del mineral, emplazado en la Región de Antofagasta, e incluiría análisis en ciencias sociales.
Este centro, de acuerdo a las minutas difundidas por el Ejecutivo, combinará los esfuerzos por mitigar el impacto ambiental asociado a las operaciones de extracción y procesamiento de litio con capacidades de investigación en ecología, geología y ciencias sociales sobre los salares y sus comunidades, entre otras. Junto con ello, colaborará con el catastro de recursos y otros componentes ambientales que llevarán a cabo privados y empresas estatales.
Juan Nagel, académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de los Andes, se refirió a este punto, indicando que se trata de "una buena iniciativa. Todo lo que potencie la investigación y el desarrollo, sobre todo en las regiones donde se está produciendo la actividad, va a redundar en beneficios".
"Esperemos que este instituto se convierta en un referente. El peligro que existe en todas estas iniciativas es que estas instituciones se vuelvan burocráticas, y no establezcan vínculos con el sector privado", añadió.
Los objetivos
El instituto, según ha trascendido, no solo se dedicará a la investigación en torno al litio y salares, sino que también estudiaría los posibles sustitutos de este mineral, para avizorar los cambios en la industria y adelantarse a ellos. En ese sentido, no se descarta estudiar otros elementos que estén presentes en Chile y que son codiciados por el mundo entero.
Así, el sector público -en rigor, el Estado- podrá generar conocimientos tecnológicos, sobre producción, con miras a que posibles asociaciones públicos-privadas sean simétricas en cuanto a conocimiento, dada la escaza experiencia que tiene el sector público en la industria del litio, y que de hecho es parte de las críticas que deslizan expertos respecto a sus dudas en cuanto a una participación mayoritaria del Estado en esto.
"Es un poco ingenuo pensar que esto no lo han hecho -empresas como SQM y Albemarle-, y que ahora, por arte de magia, vamos a poder ser capaces de hacerlo mejor, a través de este instituto"
Daniel Jiménez, socio de iLiMarkets y ex vicepresidente comercial de SQM
, director del MBA UC, sostuvo que "invertir en investigación y desarrollo siempre es una buena noticia para el país, y sin duda será un organismo relevante para que el Gobierno pueda cumplir con los objetivos de la estrategia. Por ejemplo, el método de extracción directa de litio que se quiere imponer en los contratos es una tecnología que aún se encuentra en fase de pruebas, por lo que el instituto podría ayudar a que se haga realidad. Una condición necesaria para que lo anterior se cumpla es que el organismo cuente con un presupuesto competitivo".
El vicerrector de Investigación y Doctorados de la Universidad Autónoma, Iván Suazo, mencionó que este instituto permitiría "potenciar el desarrollo de nuevas tecnologías, por ejemplo, en técnicas de extracción y procesamiento, pudiendo reducir los costos y aumentar la eficiencia de la explotación del recurso; generará beneficios para la biodiversidad y las comunidades locales al investigar los impactos ambientales y sociales de la explotación buscando soluciones sostenibles para reducir los impactos; mejora la competitividad de la industria del litio".
Eso sí, sobre los riesgos, advirtió que "claramente la creación y el mantenimiento del instituto requerirán una inversión significativa de recursos, por lo que será importante asegurar que se asignen adecuadamente para obtener los beneficios esperados; necesidad de coordinación con la industria para que tenga un impacto real, y puede generar nuevos desafíos regulatorios y de gobernanza".
"Un poco ingenuo"
Una postura distinta manifestó Daniel Jiménez, socio de iLiMarkets y ex vicepresidente comercial de SQM. "Me cuesta pensar que -el instituto- vaya a contribuir en forma significativa al desarrollo", deslizó, recalcando que "no creo que tengamos las especialidades suficientes en Chile para hacerlo bien. Vamos a aprender, vamos a entender, vamos a tener gente que sabe, pero que eso vaya a transformar la industria, creo que es una mirada muy optimista. Y, obviamente, es como pretender que esto no se ha hecho antes".
En ese sentido, dijo que que "es un poco ingenuo pensar que esto no lo han hecho -empresas como SQM y Albemarle-, y que ahora, por arte de magia, vamos a poder ser capaces de hacerlo mejor, a través de este instituto".
