La presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, expuso esta tarde ante la comisión de Constitución de la Cámara de Diputados para analizar los impactos económicos y financieros que tendría un nuevo retiro desde los fondos de pensiones, deslizando una serie de advertencias.
En primer lugar hizo un repaso de los negativos efectos que tuvieron los retiros anteriores, como la fuerte persistencia inflacionaria que azota al país, el aumento en el costo del financiamiento de todo tipo de créditos, sobre todo los préstamos hipotecarios producto del debilitamiento del mercado de capitales, y la merma en el ahorro de los hogares, que perdieron lo acumulado en los últimos 10 años.
"Los impactos negativos se amplificaron por tratarse de medidas reiteradas, lo que incrementó las expectativas de que era posible el retiro del total de los fondos. Esto tuvo efectos relevantes en las tasas de interés y el tipo de cambio, especialmente a partir del tercer retiro", sostuvo Costa en su presentación.
Los tres retiros que se concretaron inyectaron una liquidez en los hogares equivalente al 18% del PIB, unos US$50 mil millones, generando un exceso de gasto que impacto con fuerza la inflación y su persistencia. "Se suma el impacto de mecanismos tradicionales de indexación y otros efectos de segunda vuelta", acotó.
Además, señaló que con los retiros, los ahorros previsionales disminuyeron hasta 56% del PIB, comparable al tamaño de 12 años atrás.
Dicho esto, dio luces de lo que se podría significar un nuevo giro previsional, el cual generaría un nuevo y duro impacto inflacionario. "En vez de seguir reduciéndose, la inflación se mantendría en los niveles actuales hasta fin de año", manifestó Costa.
Según el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril, la inflación anual en el país se ubicó en 9,9%, una cifra que si bien está bastante por debajo del "peak" de 14% que alcanzó en agosto de 2022, aún se encuentra en niveles inéditos para Chile y muy lejos de la meta de 3% con la que trabaja el Banco Central.
En esa línea, sostuvo que en el escenario de un nuevo 10%, el dólar aumentaría entre 10% y 20%, mientras que los hogares consumirían entre el 50% y 75% del monto de retiro potencial, lo que elevaría el consumo especialmente en el segundo semestre. Eso, sumado a que la trayectoria de la tasa de interés, actualmente en 11,25%, sería mayor para contener los incrementos de la demanda y la inflación.
