Ayer el ministro de Hacienda, Mario Marcel, criticó la idea de terminar con las contribuciones a la primera vivienda que impulsa tanto la UDI como el partido Republicano.
Apuntó que esto implicaría un beneficio para el "barrio alto" y ejemplificó que "significaría en el caso de la comuna de Lo Barnechea un beneficio de $3,3 millones por vivienda, para 28 mil propiedades afectas a impuesto territorial en esa comuna.
Esto considerando -tal como señaló el secretario de Estado hoy una vez más- que "el 45% de la recaudación del impuesto territorial con fines habitacionales está en las comunas del barrio alto de Santiago".
Según explicó hoy el jefe de Teatinos 120, "municipios que se verían particularmente afectados por esto serían los de Puente Alto, Maipú, La Florida, Temuco, Pudahuel, San Bernardo".
La explicación del también expresidente del Banco Central, en todo caso, fue recibida con distancia por tributaristas, que no se mostraron conformes con la crítica.
"Declaración muy desafortunada"
Claudio Bustos, abogado tributario de Bustos Tax & Legal, señaló que la declaración de Marcel "es bastante poco seria y le quita rigor técnico a su opinión, puesto que elude el problema de fondo".
"El debate técnico en esta materia debe centrarse en que estamos frente a un impuesto que nadie sabe bien cómo se determina, y respecto del cual se ha creado una situación de incertidumbre e inseguridad generalizada en los contribuyentes", aseguró.
Por su parte, Álvaro Moraga, abogado de Moraga & Cía, indicó que "es una declaración muy desafortunada, que revela que tenemos un Ministro de Hacienda que razona sobre la ideología política del siglo pasado, de la lucha de clases".
Mientras, Sebastián Benedetti, abogado de CBC abogados, aseveró: "Respecto de que la eliminación de las contribuciones a la primera vivienda beneficiaría principalmente a los sectores de altos ingresos, corresponde señalar que aquello no se ajusta a la realidad".
"Con el alza sostenida de los avalúos fiscales en los últimos años, es evidente que el pago de contribuciones no se limita a propiedades ubicadas en el llamado barrio alto, como se ha tendido a afirmar para simplificar el debate", sostuvo asimismo.
"Un ejemplo ilustrativo es el centro de Santiago: nadie podría afirmar que se trata de un sector acomodado ni que sus residentes pertenezcan a los tramos de mayores ingresos, y sin embargo, una gran cantidad de viviendas emplazadas en esa zona pagan contribuciones habitualmente, y por montos significativos", complementó.
"Lo mismo ocurre -agregó- en muchas regiones del país, donde también existen zonas residenciales que difícilmente podrían considerarse privilegiadas y que, pese a ello, deben soportar esta carga tributaria".