Un reciente caso puso a las notarías en el centro de las críticas. Es que el abogado Luis Alberto Aninat denunció que un terreno de su propiedad en la comuna de Zapallar -avaluado en más de $1.500 millones- fue transferido de manera irregular a una sociedad fachada mediante documentos falsificados, en una notaría en Santiago.
"Esta situación particular, de la que nada tiene que ver el municipio, pone en evidencia un vacío en los controles del sistema notarial del que hay que hacerse cargo", reprochó el alcalde de esa comuna Gustavo Alessandri.
Aninat, en tanto, inició acciones legales ante el 4° Juzgado de Garantía de Santiago, por falsificación de instrumento público, y en el Juzgado de Letras de La Ligui, con el objetivo de recuperar la propiedad.
La querella detalla que en julio de 2024 dos personas, suplantando identidades y firmas, habrían firmado una escritura pública de compraventa en la notaría Ronchera, ubicada frente a La Moneda. El terreno fue vendido por $650 millones -menos de un tercio de su valor real- en una operación presuntamente ficticia, pagada al contado y en efectivo.
Tras el testimonio de Aninat presuntas víctimas de situaciones similares salieron a exponer sus experiencias, lo que da cuenta de que se trata de una estafa que no es aislada.
El Mercurio dio con una persona que vivió algo similar, en la misma notaría. Se trata de Juan Domingo Milos Hurtado (77), cuya esposa recibió en enero un formulario de transferencia por una de sus propiedades, documento que las notarías deben enviar a dicha entidad por cada transacción que se relice.
Pero la operación no había sido llevada a cabo por Milos. Tampoco por su esposa. "Se hizo a través de un falso mandatario", dijo a El Mercurio. "En el mandato aparezco junto a mi señora dándole a una persona que no conocemos el mandato de vender. Y esa persona, que quedó como nuestro mandatario, dejó pasar unas semanas y vendió la propiedad 'palo blanco'", indicó.
Al acudir a la notaría donde se autorizó la escritura y la notaria Valeria Ronchera le aseguró que se tomarían las medidas pertinentes.
Los otros casos
Han existido otros casos similares ocurridos en Chile. En 2015, un empresario logró recuperar su propiedad en Lo Barnechea tras una suplantación de identidad y un juicio que terminó con una condena menor al responsable. En 2019, en tanto, los dueños de un sitio eriazo de Santiago se enteraron que había sido transferido en una notaría en Cauquenes con documentos faltos. A la fecha, aún no han podido recuperarlo.
En las cartas al director a El Mercurio se han expuesto también otras situaciones similares y han apuntado a las notarías.
Patricio Valdés Aldunate, por ejemplo, narró que "muchos años atrás fui víctima indirecta de un fraude realizado con un mandato falso otorgado en una importante notaría de Santiago por una venta de acciones que costó al señor notario pagar algo más de 300 millones de pesos, monto del fraude".
"Es por ello que cuando fui ministro visitador de la Corte Suprema de diversas Cortes de Apelaciones, me preocupé de solicitar a sus ministros que prestaran especial atención a este aspecto en los oficios bajo su jurisdicción", indicó asimismo.
"Conocido es para los abogados -complementó- que en muchas notarías, especialmente en las grandes ciudades, muy rara vez el ministro de fe ve o conoce al suscriptor que firma ante él una escritura pública, pues muchos oficios hoy más parecen tiendas de un mall que notarías. Por supuesto existen muchas e importantes excepciones sobre el punto".
Roberto Guerrero del Río, por su parte, contó que "el año 2016 me tocó conocer un fraude similar ejecutado mediante escritura suscrita en la misma notaría, a través del cual se vendió un inmueble en la comuna de Santiago, habiéndose suplantado a la propietaria".
"En esa oportunidad -indicó también- la notario no asumió ninguna responsabilidad, no estuvo dispuesta a hacerlo ni a asumir los costos; tuvimos que interponer un juicio de nulidad y reivindicatorio para recuperar el inmueble. La Corte de Apelaciones, informada de lo sucedido, solo amonestó a la notario".
"Los hechos se repiten, los tribunales jerárquicos no adoptan medidas disciplinarias ejemplares y la notario responsable sigue ejerciendo su función pública sin ninguna responsabilidad", criticó por último.
Notarías en la mira
Entre los especialistas hay coincidencia: hay un problema con las notarías.
"El problema es que el sistema es frágil pues el notario sólo verifica la identidad de los comparecientes con la cédula de identidad o pasaporte conforme lo indica el Código Orgánico de Tribunales. De esta manera, si se le exhibe una cédula falsa, no tendría como verificar que esa cédula no corresponde a la real pues no es un perito", dice Isabel Warnier, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad del Desarrollo.
"Este caso (Zapallar) resulta particularmente llamativo, pues la persona suplantada es un abogado de amplio reconocimiento profesional, lo que hace aún más sorprendente que, en el marco del oficio notarial, nadie haya advertido que quien firmaba no era la persona que decía ser", comenta por su parte Sebastián Benedetti, socio de CBC Abogados.
Mientras, Andrés Celedon, abogado y académico de la U. Autónoma, critica que "el sistema depende aún de métodos tradicionales como el carnet físico, sin incorporar tecnologías más seguras como la firma electrónica avanzada o biometría".
Carolina Araya directora de la carrera de Derecho Universidad de las Américas, indica que "suele ocurrir que quienes comparecen entregan sus cédulas de identidad al personal de apoyo en la notaría, sin que quien ejerce de notario corrobore personalmente la identidad de los otorgantes".
En relación a si la nueva reforma a las notarías se hace cargo de este asunto, Francisco Javier González, Socio de GGM Abogados, dice que "no aborda de forma suficiente los problemas evidenciados por el fraude de Zapallar".
"No, la reforma al sistema notarial no se hace cargo de este asunto", asegura por su parte Warnier, de la UDD.
