En Chile, las pymes representan más del 90% de las empresas, lo que refleja su importancia para la economía y la creación de empleo a nivel nacional. Considerando este contexto, su desempeño genera interés entre los distintos actores del ecosistema, y por eso el Índice Mensual de Actividad Xepelin (IMAXEP) —un indicador mensual que mide la actividad real del segmento— ha analizado su evolución durante este año.
Según el informe, las empresas de regiones han presentado un crecimiento acumulado de 10,5%, mientras que en la capital ese aumento llega al 9%, ubicándose por debajo del promedio nacional. Además, las ventas de las pymes se mueven entre 2,5 y 3 veces más que los indicadores de actividad nacional.
Estos números, detalla el estudio, fueron impulsados en gran parte por la reactivación del sector construcción (con un alza de 16,9% en el tercer trimestre) y un mayor dinamismo fuera de la Región Metropolitana. También resaltan que los servicios (18,4%), comercio (13%) y manufactura (13,8%), siguen en la lista de los que más crecieron.
Pese a las cifras de crecimiento, que indican que un 57% de las pymes mejoró sus ventas, el sondeo también recalca que el 43% las redujo.
“El desempeño de las pymes este año confirma una recuperación moderada, pero también deja en evidencia su fragilidad estructural. Aunque el promedio muestra crecimiento, la mitad de las empresas sigue con ventas a la baja”, sostuvo Nicolás López Lecube, Country Manager de Xepelin en Chile.
En ese sentido añadió que las organizaciones que “acceden a financiamiento logran resistir y crecer más rápido, lo que refuerza la importancia del crédito oportuno”.
En términos de creación neta de empresas, el balance es apenas positivo, con una tasa de 1%, producto de una creación del 8,4% y una destrucción del 7,6% en lo que va del año.
El financiamiento como pilar clave
En otra arista, el estudio identifica el financiamiento como un factor decisivo para las empresas. Así, las organizaciones que accedieron a crédito aumentaron sus ventas 22% en promedio, frente a 7% en aquellas sin apoyo financiero.
En paralelo, la tasa de cierre de negocios se reduce drásticamente en ese grupo, 3% entre las financiadas versus 9% entre las no financiadas.
Pagos fuera de plazo y morosidad
Otro de los hallazgos relevantes del estudio es el “incumplimiento” de la Ley de Pago a 30 días. En promedio, los deudores pyme pagan en 53 días, los corporativos en 38 y los estatales en 34. En cuanto a la morosidad, las facturas emitidas a pymes registran tasas de mora sobre 90 días entre 1,6% y 1,8%, casi cuatro veces más que las grandes empresas.
“El retraso en los pagos sigue siendo uno de los principales problemas estructurales del ecosistema pyme, afectando directamente la liquidez y la capacidad de inversión de las empresas. Este efecto se puede mitigar parcialmente mediante herramientas de financiamiento y adelanto de pago a proveedores.”, subraya López Lecube.