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Michael Burry: El inversionista que anticipó la crisis subprime y que ahora va contra las tecnológicas

El fundador de Scion Capital vuelve a llamar la atención por su nueva jugada.

07 de Noviembre de 2025 | 17:29 | Bloomberg/redactado por Martín Garretón
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Michael Burry

El Mercurio
Durante años, el nombre de Michael Burry ha estado asociado con un atributo que pocos en Wall Street poseen: la capacidad de anticiparse al desastre.

El médico convertido en gestor de fondos -y retratado magistralmente por Christian Bale en la película The Big Short -se transformó en una figura casi legendaria tras predecir el colapso de las hipotecas subprime que detonó la crisis financiera global de 2008.

Hoy, más de quince años después, el fundador de Scion Capital vuelve a llamar la atención por una jugada que parece nadar contra la corriente.

En su más reciente portafolio 13F, correspondiente al cierre del tercer trimestre, Burry apostó en contra del entusiasmo que rodea al desarrollo de la inteligencia artificial, justo cuando el mundo financiero celebra la bonanza tecnológica.

Su movimiento ocurre en un momento de euforia bursátil: los principales índices del mundo se mantienen impulsados por el crecimiento de las firmas tecnológicas, y empresas como Nvidia o Palantir -emblemas del auge de la IA- marcan cifras históricas. Sin embargo, para Burry, esa misma euforia podría ser una señal de advertencia.

Según el documento presentado ante la SEC, el inversor mantiene opciones de venta (puts) sobre Nvidia (NVDA) y Palantir Technologies (PLTR), dos de los nombres más emblemáticos del actual boom tecnológico. Las posiciones alcanzan los US$186,5 millones y US$912 millones respectivamente, lo que implica una apuesta directa a la baja de estas compañías.

El gesto, fiel a su estilo contracorriente, ha despertado inquietud en los mercados. ¿Está Michael Burry viendo una nueva burbuja? ¿O simplemente está cubriéndose de un inevitable ajuste tras meses de euforia?

La semana en los mercados ha estado marcada, de hecho, por esta disyuntiva y la inquietud por el desempeño bursátil del sector ligado a la Inteligencia Artificial (IA) ha ganado terreno entre los inversionistas, lo que llevó a Wall Street a vivir una compleja semana. De hecho, el Nasdaq, índice que agrupa a las principales empresas tecnológicas, cerró su peor semanas desde abril.

El "Fear & Greed Index" de CNN (que intenta expresar si la bolsa está volcándose a comprar (greed) o vender (fear)) marca que el mercado está en un modo de "miedo extremo", mientras que el índice de volatilidad Vix, conocido popularmente como el “indicador del miedo”, subió 10,46%.

El estratega que desafió a Wall Street


Michael Burry fundó Scion Capital en el año 2000, y rápidamente se ganó la reputación de ser un analista meticuloso y poco ortodoxo. Con formación médica y una pasión autodidacta por las finanzas, se adentró en los mercados con una estrategia simple pero contundente: estudiar los fundamentos hasta el último detalle y apostar donde nadie más se atreve.

En 2005, detectó las grietas en el sistema hipotecario estadounidense. Su convicción lo llevó a adquirir seguros de impago sobre hipotecas subprime, en una jugada que muchos calificaron de absurda. Sus propios inversionistas dudaron de él, pero la historia le dio la razón: cuando el mercado colapsó, Scion Capital obtuvo retornos extraordinarios y Burry se convirtió en uno de los símbolos de la crisis.

Desde entonces, su nombre se asocia con la prudencia extrema y las posiciones contrarias al consenso.

Apostando contra los gigantes de la IA


El foco de su más reciente movimiento está en dos compañías que dominan el relato tecnológico global. Nvidia, con una capitalización superior a los US$5 billones, se ha convertido en el corazón del auge de la IA. Su liderazgo en la fabricación de unidades de procesamiento gráfico (GPUs) la ha vuelto indispensable para entrenar y operar modelos de inteligencia artificial a gran escala. Solo en lo que va del año, sus acciones han subido 49,58%.

Palantir, por su parte, ha escalado 175,54% y su valor de mercado alcanza los US$491.290 millones. La empresa, conocida por su estrecha relación con gobiernos y corporaciones, ha capitalizado el entusiasmo en torno a su plataforma AIP, que integra modelos generativos de inteligencia artificial en procesos de decisión y gestión operativa.

En ese contexto, las opciones de venta que mantiene Burry representan una apuesta a que estos gigantes podrían estar sobrevalorados. Las puts le otorgan el derecho, pero no la obligación, de vender una acción a un precio específico dentro de un plazo determinado. Si el precio cae por debajo de ese nivel, obtiene una ganancia.

Como explica Bloomberg, para un inversor como Michael Burry, comprar puts sobre Nvidia o Palantir equivale a una señal clara: espera que sus acciones bajen en el futuro.

Una cartera más tradicional y defensiva


Más allá de sus posiciones bajistas, el portafolio de Scion Capital muestra un giro hacia sectores tradicionales. Entre sus principales participaciones figuran Pfizer (PFE), SLM (SLM), Halliburton (HAL), Lululemon (LULU), Molina Healthcare (MOH) y Bruker Corporation (BRKR).

Esta selección revela una estrategia menos expuesta al crecimiento tecnológico y más orientada hacia sectores con fundamentos estables, flujos de caja consistentes y valoraciones moderadas.

Para muchos analistas, esto podría interpretarse como un movimiento de cautela frente a un escenario de alta volatilidad en la renta variable.

¿Burbuja o corrección saludable?


A pesar del nerviosismo que despiertan movimientos como el de Burry, los principales bancos de inversión no ven señales de una burbuja similar a la de las puntocom. Goldman Sachs sostiene que "la apreciación del sector tecnológico, hasta ahora, ha sido impulsada por crecimiento fundamental más que por especulación irracional sobre crecimiento futuro".

El banco añade que "la mayoría del gasto está financiado por flujo de caja interno, no por deuda, y el nivel de inversión de capital en relación con el flujo de caja libre está significativamente por debajo de los niveles experimentados a fines de los años noventa".

En la misma línea, Citi también rechaza la tesis de una burbuja generalizada. En un reciente reporte, aseguró que "no creemos que se haya formado una burbuja propiamente dicha en la inteligencia artificial".

Según el informe, "las métricas generales de valoración para el universo de IA en Estados Unidos e internacionalmente no nos alarman".

El análisis explica que "cuando las burbujas se forman, lo que finalmente pone fin a la euforia son las expectativas de ganancias que no se materializan", y agrega que por ahora "nos sentimos cómodos con las perspectivas de crecimiento de la IA".

El repunte de la IA muestra signos de agotamiento"


Emanoelle Santos, analista de mercados de XTB Latam, interpreta el escenario reciente con una visión más prudente.

"El Nasdaq encara su peor semana desde abril, reflejando un cambio de ánimo entre los inversores tras meses de euforia tecnológica. El repunte impulsado por la inteligencia artificial, que había sido el principal motor del mercado durante buena parte del año, muestra claros signos de agotamiento", añadió.

A su juicio, "las valoraciones extremadamente elevadas de las grandes compañías del sector empiezan a ser cuestionadas ante la falta de resultados proporcionales y un entorno macroeconómico que continúa presionando los costos de financiamiento".

Santos sostiene que "este ajuste no implica el fin del ciclo tecnológico, sino más bien una fase de maduración del discurso de la IA en los mercados. Los inversores ahora buscan señales más tangibles de monetización y productividad, en lugar de promesas futuras de disrupción".

Y concluyó: "La corrección del Nasdaq puede interpretarse como una 'purga saludable' que depura excesos especulativos y devuelve foco a los fundamentos. De cara al cierre del año, el reto será discernir entre las compañías con capacidad real de generar valor sostenible en el ecosistema de la inteligencia artificial y aquellas que simplemente se beneficiaron del impulso narrativo".