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Pymes como escuelas de primera experiencia laboral: ¿Qué ofrecen y cómo mejorar sus procesos de formación?

Aunque las pequeñas y medianas empresas generan importantes fuentes laborales en el país, también enfrentan diversos desafíos en esta materia.

05 de Diciembre de 2025 | 15:26 | Patricio Gutiérrez
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En Chile, más del 98% de las empresas son pymes según datos del Ministerio de Economía y, aunque suelen ser reconocidas por su aporte al empleo y dinamismo económico, también cumplen un rol menos visible al convertirse en el primer espacio laboral para miles de jóvenes que buscan iniciar su trayectoria profesional.

En un mercado donde la falta de experiencia sigue siendo una de las principales barreras de acceso al empleo, las pequeñas y medianas empresas se han transformado en un espacio donde muchos profesionales adquieren habilidades prácticas, cercanía con distintas áreas del negocio y una visión integral de cómo funciona una organización. Sin embargo, no siempre cuentan con procesos estructurados para integrar adecuadamente a quienes están comenzando.

De acuerdo con Caio Arnaes, director asociado de Robert Half Chile (Soluciones en Recursos Humanos), las pymes tienen ventajas naturales para desempeñar ese rol formativo.

“Existe una serie de condiciones que ofrecen las pymes a los profesionales en materia de desarrollo profesional. Al ser organizaciones de menor tamaño, un primer factor a destacar es la posibilidad de interactuar con profesionales de diversas áreas, así como personal a nivel de jefaturas y gerencias. Eso ofrece posibilidades de aprendizaje, intercambio de información y la opción de participar activamente, incluso en múltiples roles y responsabilidades”, afirma.

Agrega que esta estructura también facilita autonomía y visibilidad del trabajo. “Al ser estructuras de menor tamaño, suele existir una menor burocracia y niveles jerárquicos es factible contar con más autonomía y la oportunidad de involucrarse en diferentes aspectos del negocio. Asimismo, la visibilidad del trabajo realizado puede ofrecer mayores perspectivas de crecimiento y reconocimiento”, indica.

Habilidades que se desarrollan con mayor rapidez


En el ecosistema pyme, los jóvenes enfrentan desafíos prácticos desde el primer día, muchas veces con diferentes tareas o responsabilidades que cambian con el tiempo. Para Arnaes, eso acelera el aprendizaje.

“Dadas las particularidades frecuentes en las pymes, los profesionales jóvenes tienen la oportunidad de desarrollar una serie de habilidades blandas y ganar experiencia que se obtiene en la práctica. La capacidad de adaptarse a nuevos roles y escenarios, a superar imprevistos y desafíos importantes, ser capaces de autogestionarse y de tener iniciativa también son cualidades que se pueden desarrollar en este tipo de empresas”, explica.

Además, destaca que competencias como comunicación efectiva y resolución de problemas se fortalecen rápidamente. “Son competencias cruciales muy apetecidas y suman cualidades para la empleabilidad de los jóvenes que trabajan en pymes”, añade.

Los errores más comunes al incorporar practicantes o jóvenes sin experiencia


Aunque las pymes ofrecen oportunidades valiosas, no siempre cuentan con procesos formales de acompañamiento. Según el experto, es en esos escenarios que surge una brecha relevante.

“Por lo general, las pymes pueden presentar debilidades en sus procesos de incorporación y formación para nuevos trabajadores. En el caso de los profesionales que están dando sus primeros pasos, eso suele ser un factor sensible, ya que están dando sus primeros pasos y no es raro que desconozcan qué y cómo deben hacer las cosas”, señala.

Para evitarlo, recomienda establecer lineamientos claros desde el inicio.
“Es importante contar con planes detallados para nuevas incorporaciones, donde estén definidos de forma clara aspectos sobre cómo hacer las cosas y a quién recurrir para cualquier situación de duda, así como instancias de retroalimentación y evaluación y mejora. La capacitación continua, el seguimiento de tareas y resultados son factores clave para la adaptación y desarrollo de un profesional en cualquier empresa”, afirma.

Buenas prácticas de onboarding


El experto también entrega una serie de acciones concretas para asegurar que la primera experiencia laboral sea valiosa, no frustrante.

“Lo primero que se recomienda es establecer una llegada cálida a los nuevos trabajadores, presentándole al equipo y haciéndolo conocedor de los valores y la cultura de la organización desde un primer momento. También es fundamental definir bien las funciones que debe cumplir cada trabajador, con descripciones claras y objetivos específicos que todos puedan comprender desde el principio”, explica.

A esto se suma la importancia de acompañar y supervisar con regularidad. “Ligado a este punto, es importante contar con seguimiento, que puede ser a través de reuniones para evaluar lo que se está haciendo, ofrecer indicaciones y valorar lo que se está haciendo bien”, detalla.

“Otra buena medida es contar con un responsable, que cumpla funciones de mentor suele ser una buena práctica, porque se constituye en un punto de contacto y apoyo permanente, ya sea para explicar cómo hacer las cosas y cuáles son los resultados esperados, guiando y aclarando dudas”, prosigue.

Finalmente, subraya que la evaluación continua es indispensable para el aprendizaje. “Solo así se pueden medir resultados, hacer ajustes y mantener el compromiso y los debidos reconocimientos de cada trabajador, apostando por un buen clima laboral, el fortalecimiento de la cultura organizacional, el cumplimiento de expectativas personales del trabajador y de la empresa y una proyección positiva de la permanencia de los talentos que llegan y que también se forman al interior de un equipo de trabajo”, concluye.