SANTIAGO.- "Son
vistazos rápidos a futuros no muy lejanos, en la onda oscura de 'Black Mirror', ya que
las cosas no suelen terminar bien, y pueden tomarse como una
terapia de shock para despertar sobre algunos temas como nuestra relación con la muerte, qué tan en serio nos tomamos el cambio climático o algo que damos tan por garantizado como un animal de compañía. Al final del día, y sin importar el contexto, solo queda el amor, o más bien, la torpeza inherente en la intención de amar".
De esta manera define la
escritora Francisca Solar ("Mensajeros", "La Séptima M") el conjunto de historias que forman
"Almas de rojo" (Planetalector, $7.900),
su primer libro de cuentos, aunque en ese aspecto, su autora hace una precisión: "En estricto rigor, es mi segundo libro tipo antología, pues el primero es 'Cien días escribiendo', un libro de 100 microcuentos que publiqué en 2015 (Confín Ediciones) y está en su tercera edición".
"Dicho eso, 'Almas de rojo' es mi primer libro de cuentos, en el sentido más convencional del término, ya que son textos de mayor longitud", afirma Solar. "
Compila cuatro cuentos que ya habían sido publicados en otras antologías en Chile y España,
y cuatro cuentos inéditos", agrega.
En ese sentido,
cada uno de los ocho relatos introduce al lector en un mundo futurista diferente, a veces marcado por una alta tecnologización ("Déjame ir") o por un contexto más postapocalíptico ("El monstruo del pozo"). Pero más allá de eso, lo cierto es que todos los relatos
apelan a personajes que -de una u otra manera-
deben tomar decisiones que tendrán consecuencias definitivas para ellos y los que los rodean.
- ¿Qué aspectos del relato breve te resultan más atrayentes, en comparación con una novela?- Creo que escribir un cuento es un desafío mayor que escribir una novela, pues tengo menos tiempo para provocar una buena impresión, y menos palabras totales para dar total coherencia y sentido. Mi literatura en general es muy rápida y visual, suelo privilegiar el tiempo real narrativo, así que estos cuentos son fotos de momentos muy precisos, donde la información que doy es la mínima para comprender y la suficiente para que el lector llene los vacíos. Mi fin último es provocar emociones, desde la sorpresa, pasando por la tristeza hasta la furia. Si la historia movió alguna fibra en el lector, mi misión está cumplida.
- ¿Y qué autores u obras consideras que te han inspirado al momento de escribir cuentos?- No los considero influencias directas en mi escritura, pero sí autores que me entusiasmaron con el formato "cuento" al leerlos: Edgar Alan Poe ("Narraciones Extraordinarias"), Ray Bradbury ("El Hombre Ilustrado"), Julio Cortázar ("Final del Juego"), Fernando Iwasaki ("Ajuar Funerario").
- Varios de tus relatos se podrían definir como de ciencia ficción o terror, ¿qué es lo que te interesa explorar dentro de estas temáticas?
- Al escribir en los terrenos de la ciencia ficción pongo en el centro a las personas, no tanto a los "fierros", como suelo llamar a toda la parafernalia más técnica, tan usual de este género. Me importa más el comportamiento humano frente a la máquina que la máquina en sí. Y en el terror, intento explorar sobre todo las insinuaciones, las sutilezas, porque me gusta más el miedo de imaginar qué hay en la oscuridad que el efectismo de mostrarte un monstruo a plena luz.
- En ese sentido, ¿consideras que aún existen géneros narrativos definidos o eso ya está superado, y hoy los relatos son más bien híbridos?
- Soy una fuerte detractora de los géneros en su sentido tradicional, jaulas donde el escritor está confinado a seguir las reglas o morir. Yo entiendo los géneros como herramientas, como recursos, pero jamás como perímetro o límite, pues siento que las historias mejor construidas fluyen entre diversos géneros y yo no las censuro, fluyo con ellas. Las etiquetas son necesarias para la editorial, la librería, con un fin bibliográfico y comercial, pero los creadores tienen hoy hay mucha más libertad para experimentar y los lectores lo agradecen.
- ¿Crees que series de televisión como "La dimensión desconocida", "Black Mirror" o "Electric Dreams" influyen en la manera en que hoy los lectores se aproximan a los relatos breves?
- Sin duda. Toda la cultura audiovisual es tan potente que marca ciertas pautas de cómo las personas están entendiendo las historias. Un escritor debería no sólo quedarse en referencias literarias sino ver series de televisión, ir al cine, al teatro, para tener una visión más amplia de los diferentes formatos (y diferentes aproximaciones narrativas) que consumen hoy sus lectores.
- Si de los ocho relatos de "Almas de rojo" tuvieras que recomendarle solo uno a los lectores, ¿cuál elegirías y por qué?
- No sé si es el mejor cuento, pero es el más personal, así que si quieren entrar en la psiquis del escritor, recomiendo "Yo te elijo", que sucede en un escenario futurista donde los animales domésticos están prácticamente extintos. De alguna manera, es un homenaje a Scotty, mi perro, y lo importante que es en mi vida. Quienes tengan mascotas me entenderán.
- Por último, ¿puedes adelantarnos algo sobre tus próximos proyectos?
- Tengo un 2019 cargado de estrenos: una novela de suspenso/terror para adolescentes (en la colección Planeta Lector), mi tercer libro infantil inclusivo (publicado por Edelvives, en México), y mi primera novela adulta, terror/thriller paranormal ambientado en Chile a fines del siglo XIX que aparecerá bajo el sello Planeta. Siempre he creído que puedo escribir para un espectro muy amplio de lectores, me fascina el desafío, y el 2019 será el momento de poner a prueba mi oficio y convicción.
