SANTIAGO.- Este sábado el director de Gendarmería inició un sumario interno para llegar a los responsables de la filtración de ciertos "privilegios" u objetos de lujo, como carnes de primer corte, pantallas planas de 42 pulgadas, frigobares, celdas con piso flotante y muros cubiertos con azulejos, a algunos de los 112 reos que fueron desalojados por FF.EE. en medio de la "Operación Bisagra".
Según explican desde Gendarmería a Emol, estos internos se destacan por tener un "alto compromiso delictual", pertenecer al módulo 2 –módulo Beta-, ser "líderes de grandes bandas de narcotráfico" y "capaces de liderar organizaciones criminales". Características que destacó el vicepresidente, Ándrés Chadwick, al anunciar el sumario interno en la institución.
"Hemos ido viendo las distintas evidencias de que aquellas personas que están vinculadas al crimen organizado y que están cumpliendo condena, tienen a veces capacidades de seguir dirigiendo o participando dentro de sus organizaciones criminales y, al mismo tiempo, gozando inaceptablemente de beneficios al interior de las cárceles que no corresponden, que son totalmente condenables", sostuvo.
Entre los perfiles de algunos de los reos más controversiales del penal, se encuentran miembros de bandas de narcotráfico que fueron desbaratadas por la policía en "Operación Amanecer", "Operación Cumbre Tiltil", "Operación Rodeo", "Operación Fina Sangre –Clan Los Jiménez-", "Operación Taltal", "Operación Carlomagno", "Operación Capricornio", "Operación Conquista", "Operaciones Budapest y Carpatos", "Operación Coloso", "Operación Epicentro" o pertenecientes al "Clan Maturana de La Legua", la banda "Los Cara de Jarro" o la banda "Los Gaete".
Reclusos con penas que van desde los tres años y un día hasta los 35 años de cárcel y la gran mayoría líderes de bandas de narcotraficantes.
Según antecedentes de Gendarmería, uno de estos es Antonio Alberto Carrasco que fue condenado a 10 años de reclusión por el tráfico de 100 kilogramos de cocaína que era ingresada desde Calama en la “Operación Fina Sangre”, quien saldría en libertad en 2022.
Por otro lado, otro de los internos que se encontraban en el módulo que fue desalojado y en el que se encontraban ciertos "privilegios" es Patricio Alonso Valenzuela, condenado a 15 años de reclusión –hasta 2029- por el tráfico de 131 kilogramos de cannabis sativa, 35 kilogramos de cocaína y 175 dosis de LCD que transportaba desde Mendoza en la denominada "Operación Coloso".
"(Los reos) tienen a veces capacidades de seguir dirigiendo o participando dentro de sus organizaciones criminales y, al mismo tiempo, gozando inaceptablemente de beneficios al interior de las cárceles que no corresponden, que son totalmente condenables"
Ándres Chadwick, vicepresidente
Otro de los reos del módulo Beta era Héctor Nemesio Morales, miembro de la banda "Cara de Jarro" que fue condenado a 31 años de cárcel por el delito de lavado de dinero, comercialización de vehículos, joyas y drogas que podría salir en libertad en 2039.
Por su parte, el recluso Iván Arnaldo Bahamondes, fue condenado a 31 años por tráficos de 100 kilogramos de crack y armamentos. Además el reo tenía un laboratorio de pasta base en Renca, que fue desbaratado en la "Operación Epicentro" y podría salir en libertad en 2043.
Además de ellos, otros 108 reclusos entre condenados por cometer homicidio y violación fueron desalojados en el Plan de Intervención del Penal Colina 2 –considerado uno de los más violentos de Chile- y trasladados a distintas unidades de las regiones Metropolitana, de O'Higgins y La Serena para continuar cumpliendo sus condenas de forma separada.
Según información entregada por Chadwick y Gendarmería, parte de ese módulo desalojado será convertido en un centro de educación y trabajo.