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Expertos alertan que desconfinamiento podría elevar consumo de alcohol en adolescentes tras "estrés del encierro"

Las ansias de "liberación" tras meses de cuarentena y la asociación que se hace entre volver a socializar e ingerir alcohol son factores. Existe preocupación por lo ocurrido en otros países.

15 de Agosto de 2020 | 08:06 | Por Natacha Ramírez, Emol
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La experiencia en otros países hace temer a los especialistas por lo que podría ocurrir en Chile en ese grupo.

El Mercurio (Imagen referencial)
SANTIAGO.- Una noche "fuera de control" fue la que se vivió en Londres el pasado 4 de julio, cuando se volvieron a abrir los pubs después de tres meses de confinamiento debido a la pandemia. En Alemania, en tanto, mientras los bares aún continuaban cerrados, miles de jóvenes se reunían en las noches en la plaza a compartir y beber alcohol, derivando en ocasiones en riñas y enfrentamientos con la policía.

"Estamos viendo con mucho susto cómo al abrirse las cuarentenas en otros países, las personas, sobre todo los adolescentes, tienden a desbandarse, porque el estrés del encierro es enorme y la gente llega a un punto en que no da más, entonces quiere liberarse, y una de las maneras de escapar del estrés es el consumo de alcohol y drogas"

Dr. Humberto Soriano, presidente Asociación Médica para la Prevención
En Chile, no han sido pocas las veces en que se han detectado fiestas clandestinas, pese a estar en zonas en cuarentena o bajo toque de queda, lo que podría ser un indicio de lo que podría venir en la medida que comience a haber más apertura.

"Estamos viendo con mucho susto cómo al abrirse las cuarentenas en otros países, las personas, sobre todo los adolescentes, tienden a desbandarse", advierte el Dr. Humberto Soriano, presidente de la Asociación Médica para la Prevención y miembro de la mesa de expertos del programa "SaludableMente" –creado por el Minsal para abordar la salud mental durante la pandemia–.

El especialista dice que esa conducta se da "porque el estrés del encierro es enorme y la gente llega a un punto en que no da más, entonces quiere liberarse y hacen fiestas y se juntan, y una de las maneras de escapar del estrés es el consumo de alcohol y drogas".

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Explica que el riesgo es más elevado en los adolescentes, ya que, por características biológicas, tienen un menor "control de los impulsos, entonces están más vulnerables al consumo". "No hay duda que el estrés del encierro genera un deseo de liberarse y escaparse, y eso en adolescentes, que sienten que son invencibles, conlleva el riesgo de mayor consumo. Si un adolescente toma una chela, la probabilidad de que se emborrache es de un 60%", apunta.

A eso se suma que "al adolescente le estresa mucho la falta de contacto social" y, tras estar durante meses en cuarentena, "los jóvenes quieren socializar y, lamentablemente, en Chile la socialización de los jóvenes muchas veces se asocia a consumo".

El llamado a no usar permiso para "juntarse a compartir cigarrillos"


De hecho, esta semana, al informar sobre el nuevo permiso que se entregará –a partir de este lunes– para que los niños y adolescentes de las comunas en cuarentena puedan salir tres veces por semana, la subsecretaria de la Niñez, Carol Bown, se refirió especialmente a la situación de los menores de entre 14 y 18 años, a quienes se les permitirá salir solos, sin la compañía de un adulto, solicitando directamente un permiso en la Comisaría Virtual.

"Aquí el mayor llamado (es) a la responsabilidad. Los adolescentes tienen que cuidarse y entender que esto no es ir a juntarse para hacer vida social, para juntarse con amigos. Esto es una salida recomendable para poder terminar con el sedentarismo, para que puedan salir a respirar, a dar una vuelta, pero no a juntarse con gente, a compartir cigarrillos. No, no queremos que eso así pase", sostuvo.

Y advirtió que "si esto no da resultado, en el sentido de que vemos que se está vulnerando la salida como corresponde de los mayores de 14 años, se va a tener que volver atrás".

"Los adolescentes tienen que cuidarse y entender que esto (nuevo permiso) no es para ir a juntarse para hacer vida social, para juntarse con amigos. Esto es una salida recomendable para poder terminar con el sedentarismo, para que puedan salir a respirar, a dar una vuelta, pero no a juntarse con gente, a compartir cigarrillos"

Carol Bown, subsecretaria de la Niñez
En opinión del Dr. Soriano, que los adolescentes salgan solos en estos momentos "es un riesgo" y subrayó que "una cosa es que tengan permiso de la autoridad sanitaria para salir solos, y otra que los padres los dejen salir solos". "A los adolescentes hay que acompañarlos", subraya. Dice entender que "la autoridad sanitaria no quiso prohibirles, por ley, la salida a los adolescentes a dar una vuelta a la manzana, pero si se van a juntar noventa minutos en la plaza, ahí tiene que acompañarlos un adulto".

Carlos Charme, director del Senda dice a Emol que "nosotros compartimos plenamente la preocupación del Doctor Soriano", y que si bien "en otros países aún no tenemos evidencia determinante en cuanto a que el consumo de las personas, una vez desconfinadas, esté aumentando, vamos a estar muy preocupados del consumo en niños y adolescentes, por la vulnerabilidad con que cuentan frente a estas poderosas drogas".

Afirma que una variable que juega en contra en esta etapa es que la suspensión de las clases presenciales ha afectado el rol que cumple el colegio en la prevención del consumo entre los estudiantes. "Uno de los efectos más negativos que hemos tenido durante el cese de la asistencia de los niños al colegio es el importantísimo trabajo preventivo que se hace en la escuela; nuestra prevención ha estado limitada por la falta a clases", comenta.

Acompañar y no prohibir: Las claves para alejarlos del consumo


En el actual contexto, en que la vulnerabilidad propia de la adolescencia podría verse potenciada con el desconfinamiento, ¿qué hacer para prevenir que incrementen el consumo de alcohol?

El Dr. Soriano plantea que es importante asociar el desconfinamiento con el "autocuidado", tanto a nivel físico –con medidas como la distancia física, mascarilla, etc.–, como de la mente. En ese sentido, dice que los cuidadores deben estar más presentes y pendientes que nunca de los jóvenes. "Es el momento de cuidar a nuestros niños y adolescentes", enfatiza.

En concreto, el especialista sugiere aplicar en esta etapa los principios del llamado "modelo islandés", que logró disminuir el consumo de alcohol y drogas en los adolescentes de ese país. En Chile, ese modelo –adaptado a la realidad local en el programa "Elige Vivir sin drogas"– ya se está aplicando en 150 comunas, a cargo del Senda, en coordinación con los municipios y los colegios.

Uno de sus pilares es "la monitorización tierna y cariñosa, pero con firmeza" de los jóvenes. Eso implica, por ejemplo, que "los adolescentes no debiesen carretear sin un adulto cerca". "Así como a mi hijo de 4 años jamás lo dejaría jugar solo alrededor de una piscina porque se puede ahogar, a un adolescente no se le puede dejar estar en una fiesta, en una plaza, sin ningún adulto que los mire, que los acompañe y los cuide. No puede ser que dejemos a los adolescentes salir a carretear solos; el carrete de los jóvenes solos es fatal", advierte.

"Los adolescentes no debiesen carretear sin un adulto cerca. Así como a mi hijo de 4 años jamás lo dejaría jugar solo alrededor de una piscina porque se puede ahogar, a un adolescente no se le puede dejar estar en una fiesta, en una plaza, sin ningún adulto que los mire, que los acompañe y los cuide. No puede ser que dejemos a los adolescentes salir a carretear solos; el carrete de los jóvenes solos es fatal"

Dr. Humberto Soriano, presidente Asociación Médica para la Prevención
Explica que "se ha demostrado que los jóvenes que no salen solos ni tarde a carretear tienen tres veces menos probabilidades de consumir alcohol y drogas". En ese sentido, dice que "los papás tienen que conocer no solo a los amigos de sus hijos, también a sus papás, tener un grupo de WhatsApp, por ejemplo, de manera que todos los papás estén conectados y sepan dónde andan", comenta.

Dice que otro factor protector es "pasar tiempo con los hijos", lo que implica estar por lo menos una hora al día en la casa en el mismo espacio que el adolescente. "La evidencia muestra que casi que da lo mismo lo que uno haga; no es que el 'tiempo de calidad' ayude con los hijos, es el tiempo juntos, estar en el mismo espacio que ellos una hora al día, para estar disponible, para que él pueda hacer preguntas, estar asequible", explica.

En esa línea, el director del Senda señala que "el involucramiento, la cercanía, la confianza y la comunicación entre padres e hijos es el principal factor protector para prevenir el consumo de alcohol y drogas". Por eso, recomienda a los padres "conocer a sus hijos, acercarse, saber cuáles son sus intereses, cuáles son sus penas, sus alegrías, qué cosas les interesa hacer, cuál es el nombre de sus amigos, qué hacen con los amigos, cuál es el nombre de sus parejas".

La tercera acción que se sugiere, especialmente durante el desconfinamiento, son las "actividades extra programáticas monitorizadas", como deportes o clases de pintura, teatro, etc., pues "son un tremendo protector que evitan el consumo". Aunque el Dr. Soriano aclara que no se trata "del partido de fútbol con tres tiempos: primero, segundo y chela, sino un partido con un adulto que lo ayude a jugar mejor fútbol y lo acompañe", es decir, que estén presentes "adultos entrenadores que trasmitan el mensaje de autocuidado".

Dado que las medidas sanitarias hoy restringen las reuniones, sobre todo en espacios cerrados, propone juntarse al aire libre, con la distancia adecuada, a practicar yoga o gimnasia, por ejemplo. "Tenemos que ser creativos e inventar maneras, a pesar de la pandemia", afirma. Dice que "aquí las municipalidades tienen un rol fundamental. Hay que empezar a trabajar ya en las municipalidades para ofrecer actividades extra programáticas para los jóvenes, adaptadas para esta época".

Finalmente, dice que, ante el interés de un adolescente por consumir alcohol, "no hay que prohibirle", sino que aplazarlo, decirle que lo podrá hacer, pero después, cuando tenga la edad suficiente: "No hay que decirles 'no, te vas a morir si tomas', sino que 'mira, esto te hace mal ahora, te esperas por favor, hasta que tengas 18 ó 21 años'; el pedirle a un adolescente que se espere es mucho más fácil que decirle que 'no, nunca'".

"El foco no es asustar; en vez de prohibir, de aterrorizar, de castigar, la respuesta (del adulto) es tener ternura y firmeza con los adolescentes, y cuidarlos, y eso significa acompañarlos, incluso en sus carretes", sostiene.
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