Este fin de semana se puso en la palestra a las organizaciones criminales colombianas denominadas "Los Chotas" y "Los Espartanos", porque el fiscal general de Colombia, Francisco Barbosa, aseguró que "se están instalando en Chile".
Barbosa, quien se encuentra en nuestro país en una visita en el marco de la colaboración entre los países miembros de la Asociación Iberoamericana de Ministerios Públicos (AIAMP) -la cual preside- con el fin de combatir el crimen organizado, dio una entrevista a El Mercurio y detalló que algunas de las organizaciones que causan problemas en Chile son "Los Chotas" y "Los Espartanos".
"Estamos colaborando para poder desmantelarlas adecuadamente, sobre todo porque vienen acá a refugiarse con los familiares y llegan con los patrimonios y los tratan de introducir dentro de Chile", puntualizó.
Pero además, el fiscal general sostuvo que el "Tren de Aragua" es una preocupación más a nivel regional, considerando que operan en distintos países como Perú, Colombia, además de su origen, Venezuela, y advirtió que el hecho de que en Chile no exista una ley de extinción de dominio hace que el país pueda ser utilizado como "lugar de refugio de ciertos capitales criminales".
Lo cierto, es que tras lo anterior surge una serie de preguntas, pero tal vez la más relevante apunta a la identidad de las organizaciones nombradas por el fiscal general que estarían en Chile. ¿De qué organizaciones se trata?
Según indican medios colombianos, ambos grupos surgen de una ruptura interna en "La Local", una banda que nació en 2016 en el puerto de Buenaventura -el principal en el Pacífico- y se dedicaba al narcotráfico, al tráfico de armas de fuego y a la extorsión.
De hecho, hace algunos meses el coronel Éver Gómez, comandante del Departamento de Policía Valle del Cauca, Buenaventura, aseveró a Caracol que "Los Chotas y Los Espartanos son grupos delincuenciales que nacieron de la ruptura interna de la organización La Local, dedicados al narcotráfico, al tráfico de armas de fuego y a la extorsión".
Ambas agrupaciones se encuentran en guerra y, según Gómez, "la disputa se viene presentando por el control territorial en el puerto de Buenaventura". Efectivamente, según se precisó, ambos grupos tienen influencia en cerca de 40 barrios. Ahí aumentan las presiones para que niños, niñas y adolescentes se unan a sus organizaciones.
De acuerdo con la AFP, en Buenaventura hay casi 320.000 habitantes, de los cuales la mayoría es afrodescendiente.
En cuanto a la tasa de homicidios, según cifras compartidas por la Fundación Paz y Reconciliación (Pares) -61,6 por cada 100.000-, se duplicó en 2021 y es una de las más altas del país.
En relación a las desapariciones, el año pasado se denunciaron 50 casos de desaparición forzada contra 25 en 2020. En el mismo periodo, la policía registró unas 300 capturas, además de 265 armas incautadas, entre ellas cinco lanzagranadas.
El investigador regional de Pares, Juan Manuel Torres, aseguró que "estamos asistiendo a una nueva guerra urbana, a un conflicto territorial" y añadió que "la situación se ha vuelto muy violenta y (está) fuera de control".
Según estimaciones oficiales, cada banda tiene entre 400 y 600 miembros que actúan como "pequeños ejército". Torres aseveró que aquellos han desarrollado identidades culturales con propias canciones, códigos y mártires.
Añadió que los jóvenes que reclutan son "los hijos de la guerra, del narcotráfico y del desplazamiento forzado. También de la pobreza y el racismo".
Programa "paz total"
En septiembre de este año, el Presidente Gustavo Petro, instó a los integrantes de las facciones a dialogar y abandonar la criminalidad. Según consignó el medio Semana, el Mandatario señaló: "Chotas y Espartanos son bienvenidos a la paz".
El hecho, de acuerdo al portal, es que tras la invitación se conocieron atisbos de voluntad de las dos bandas. Se habrían comunicado con el representante de la Iglesia Católica en Buenaventura, monseñor Rubén Darío Jaramillo, para expresar las condiciones que tienen para dialogar con el Gobierno.
Oportunidades, certidumbre y reincorporación, fueron algunas de las peticiones, según aseguró Jaramillo, que hizo un cabecilla de Los Espartanos.
Cabe mencionar que Petro el 6 de septiembre lanzó en Buenaventura el programa "paz total". El Presidente se propuso negociar la paz con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la última guerrilla reconocida en Colombia, y al mismo tiempo otorgar beneficios penales a los narcos a cambio de que renuncien a su actividad.
En esa línea, el Mandatario reveló que "Chotas" y "Espartanos" manifestaron por escrito su "voluntad de negociar (...) y someterse a la justicia". Así, las dos bandas están a la expectativa de un eventual arreglo, lo que para Torres "es una forma de reconocimiento para ellos, una oportunidad de ganar algo de respetabilidad, y es una oportunidad para no morir o acabar en la cárcel".
