El viernes, la Dirección de Presupuestos (Dipres) divulgó el Informe de Finanzas Públicas (IFP) que cierra el 2024, en el cual reconoció que el balance fiscal estructural llegó a -3,2% del Producto Interno Bruto (PIB). Fue un desvío relevante respecto del previamente estimado (-2,3%) y el peor registro desde que se creó la regla de equilibrio fiscal en 2001, con excepción del período pandémico. Otro elemento que requiere atención es la deuda pública bruta. Al cierre de 2024 su cálculo subió al 42,3% del PIB, aunque aún está por debajo del techo prudencial de 45% del PIB. Al respecto, y antes de irse de vacaciones, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, dijo no querer "minimizar" esta situación, y aunque dice que "es claro que la gestión fiscal del anterior gobierno tuvo deficiencias", aclara que "no quisiera usar eso como una excusa para el resultado fiscal de 2024, sobre todo después del buen desempeño de los dos años anteriores". Ante esto, asevera que "no descansaremos hasta recuperar la senda de consolidación fiscal que se trazó al inicio del Gobierno".