Pasan los meses, se acumula la molestia de los conductores y aún no se soluciona la falla que el pasado 13 de febrero obligó al cierre del puente Lo Saldes, en Vitacura, cuya mantención depende del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Y la situación está lejos de resolverse: aunque cuatro de las seis pistas fueron clausuradas para reparar el desprendimiento de una losa, según comunicó el MOP, las faenas visibles en el lugar son mínimas, en medio de la congestión vehicular y las quejas por los atochamientos diarios, además de los desvíos obligatorios que, en ciertos casos, obligan a tomar la Costanera Norte. "Antes me demoraba 10 minutos hasta mi destino, y ahora tengo que dar una vuelta más grande y me demoro 35 minutos. Además, suelo moverme con aplicaciones, y se ha encarecido mucho el precio debido a esto", dice Martín (31), que pasa a diario por el lugar. En la misma línea, Juan (29), quien suele conducir por el sector, asegura que "estos meses, Waze no me ha reconocido bien la ruta y la otra vez me mandó por otro lado. En vez de dirigirme por donde siempre paso, me derivó por un camino que queda lejísimo, y terminé yéndome hacia el camino a Viña en vez de Vespucio.
