Un intenso debate se abrió ayer tras la primaria oficialista del domingo, en concreto, en torno a la participación. Esto, porque poco más de
1,4 millones de personas concurrieron a votar, mientras que algunas proyecciones más optimistas apuntaban a un "piso mínimo" de 1,7 millones -es decir, la participación de 2021-, o incluso, 2 millones de votantes.
Los primeros en salir a señalar que existió baja participación fueron los candidatos de oposición. El abanderado del Partido Nacional Libertario, Johannes Kaiser, afirmó tras el triunfo de Jara que "la participación ha sido menor probablemente que la que esperaban las fuerzas de gobierno. Para nosotros, que estamos en la oposición, nos alegra porque significa que efectivamente los niveles de respaldo de este gobierno han ido en retirada".
En tanto, la candidata de Chile Vamos, Evelyn Matthei, también afirmó en esa línea que "es evidente que los chilenos están distanciados de la política y que saben que este ha sido un mal gobierno".
Fuera de la política, varios análisis también han hecho hincapié en la baja participación que tuvo la primaria, la que hace semanas se proyectaba como "poco convocante". Un estudio de Faro UDD detalló que la tasa de participación alcanzó los 1,35 millones de votos válidamente emitidos, "sin embargo, esto transforma a la primaria oficialista en la más baja de los últimos 12 años".
"Además, si se compara con primarias previas al sistema legal, su movilización también fue baja en comparación con -por ejemplo- la competencia de 1999 entre Lagos y Zaldívar. Así, con menos de un 10% de participación del padrón habilitado para votar, el triunfo de Jara se ve empañado por una baja convocatoria", detalla el documento.
Por el contraste, el oficialismo ha defendido la convocatoria. Jara dijo ayer -en conversación con Mega- que "la gente que milita es poca, por eso yo discrepo de lo que se ha dicho, muchos dicen que la primaria tuvo baja participación, pero ¿comparado con qué?, si este es un voto completamente voluntario (...) yo diría que todo depende de cómo se mire el vaso, yo prefiero mirarlo medio lleno".
Así, entre evaluaciones y el análisis de los datos, lo concreto es que 1.420.435 personas concurrieron a votar el domingo, lo que representa al 9,16% del padrón habilitado para estos comicios. La duda que se abre en esa línea es: ¿quiénes son los que no fueron a votar?
Voto voluntario y "desencantados"
Consultados por Emol, expertos afirman que las elecciones primarias, por definición, convocan al votante más ideologizado, sin olvidar que se trataba de elecciones voluntarias. Otros, en tanto, sostienen que quienes no votaron son los electores que no apoyan al actual gobierno, o que no quieren que gobierne el Frente Amplio o el PC.
"Los que no fueron a votar son la gran mayoría de los chilenos", dice Kenneth Bunker, director del Laboratorio de Democracia y Gobierno USS. Esto, porque "las elecciones primarias por definición son primarias más bien políticas e ideológicas de sectores políticos movilizados para definir asuntos internos. Son primarias que son voluntarias y la verdad es que tampoco se siente que hay mucho en juego ya que la diferencia entre los candidatos es una cosa de matices".
"Quienes no fueron a votar son, especialmente, la inmensa mayoría de chilenos que no apoya al actual gobierno y no quiere que el Frente Amplio y el Partido Comunista tengan una segunda administración".
Alejandro San Francisco, académico U. de Tarapacá
Si bien remarca que "hay una gran diferencia entre Tohá y Jara, al final del cuento estaban en el mismo gobierno y no tienen dificultades para representar las mismas ideas".
En ese sentido, subraya que "la gran mayoría de las personas alejadas de la política son votantes moderados, menos ideológicos de los programas que se presentaron en esta ocasión y que están mirando probablemente con preocupación cómo se va desarrollando este ciclo electoral, en tanto consideran que el país ha recorrido un camino bastante tumultuoso en los últimos años. Obviamente todo esto se va a resolver en la primera vuelta donde el voto es obligatorio y se tiene que pronunciar en esa ocasión".
Por su parte, Alejandro San Francisco, académico de la U. de Tarapacá, apunta a los "desencantados". "Quienes no fueron a votar son, especialmente, la inmensa mayoría de chilenos que no apoya al actual gobierno y no quiere que el Frente Amplio y el Partido Comunista tengan una segunda administración", comenta.
En línea con Búnker, subraya que "por cierto el tema es más complejo, pero los que votaron en las primarias son los más comprometidos con el Presidente Boric o con los partidos que participaron en la elección de ayer".
"Sin perjuicio de ello hay un voto blando que favorece candidaturas de izquierda que deberían sumarse para las elecciones de noviembre. Pero la inmensa mayoría de chilenos que no votó ayer es porque percibía que era algo ajeno o porque no quieren un nuevo presidente de la República de izquierda", remarcó.
En tanto, Marcelo Mella, analista político de la Usach, remarcó que esta primaria revela algo que ya se intuía: "que en un contexto de voto voluntario, volvemos a tener un resultado de participación bastante bajo, y esto no es sin precedentes, porque las elecciones primarias tienen por lo menos tres versiones previas. En la elección de 2017, la centroderecha tuvo cifras similares a las actuales, por lo tanto, no es que la primaria del domingo haya tenido un desplome; está dentro de lo esperable, pero es baja".
Lo anterior, de todas formas, implica que "no se asegura la competitividad de la candidata Jara", pese a la distancia de ventaja que sacó a Tohá.
Lo anterior obligará a que la exminsitra del Trabajo encabece un proceso convocante de la izquierda y centroizquierda, lo que implicará que los partidos se mantengan alineados, y se logre traspasar ese ánimo al electorado de ese sector, de cara a la primera vuelta de noviembre.