El 18 de agosto el Consejo Resolutivo de la Superintendencia de Casinos de Juego (SCJ) aprobó la
solicitud de Enjoy para dejar de operar anticipadamente el Casino de Viña del Mar, permitiendo terminar su contrato el año 2028, aproximadamente cinco años antes de lo previsto.
Con el tema sobre la mesa, concejales y el director del Departamento de Ingeniería Comercial de la Universidad Técnica Federico Santa María (USM), Marcelo Villena, analizaron en El Mercurio de Valparaíso, el futuro de esta importante fuente de ingresos para la Ciudad Jardín.
Es que uno de los principales tópicos relacionados a esta renuncia es el aporte económico que significa el Casino de Viña del Mar para las arcas municipales, dejando como incógnita si la próxima empresa que se adjudique los derechos de operación del recinto podrá ofrecer un trato al nivel del que tiene Enjoy ahora.
Lamentablemente para la ciudad, según explicó el experto Marcelo Villena, "las condiciones económicas de los últimos años han empeorado sustancialmente. El consumo y la inversión no han levantado en el país por lo menos en los últimos cuatro años, lo que acarrea una menor demanda de todos los bienes en la economía incluyendo, y quizás incluso con más fuerza, la entretención que suele ser un bien más elástico".
Licitación
Villena afirmó que, generalmente en estos casos, "las licitaciones se realizan considerando las mejores ofertas. Si la economía está mala, y la demanda por esta industria decae, lo único que se verá afectado son las ofertas de los proponentes, las cuales serán más bajas. De aquí la recaudación estatal y municipal igual debería ser más baja".
Es por lo anterior que el experto cree que el rol de la Municipalidad de Viña del Mar, en este caso, debiera ser principalmente el de "publicitar su licitación, mejorar sus condiciones, seguridad y hermoseamiento del entorno, y entender que esta industria forma parte de una mayor, de servicios, la cual da mucho empleo e ingreso a la ciudad", para así conseguir que "puedan atender otros grandes oferentes mundiales", agregando que los tres años de plazo que quedan para finalizar las operaciones de Enjoy son un buen tiempo para poder desarrollar el proceso licitatorio.
Futuras ofertas
El concejal Carlos Williams (Indp. - RN), coincidió en el diagnóstico de Villena en cuanto a que "el hecho de que el actual operador haya justificado un perjuicio económico para abandonar el Casino anticipadamente, hace improbable que un futuro interesado haga un ofrecimiento igual o superior al de Enjoy".
"Aunque todo lo relacionado con el llamado a licitación depende de la Superintendencia de Casinos y Juegos, creo que como municipio nos deberíamos preocupar de que los futuros oferentes, no tengan relación con la actual empresa concesionaria" afirmó Williams, agregando que se debe tener en cuenta "que la empresa que se adjudique tenga la espalda económica suficiente para amortiguar mermas en los ingresos recibidos. Y que los contratos respeten la cantidad de años comprometidos y no sean susceptibles de cambios, mientras dure la vigencia del contrato".
Tribunal Constitucional
Por su parte, el concejal Alejandro Aguilera (FA) puso énfasis en que el municipio de Viña "sí o sí (..) debiese tener una estrategia judicial, primero interponiendo un recurso ante la Corte de Apelaciones, y en segundo lugar llevando este trámite al Tribunal Constitucional", respecto a la situación de Enjoy.
Aguilera tampoco cree que la próxima licitación "vaya a cumplir con los mismos estándares que actualmente tenemos con la oferta económica garantizada y el impuesto al juego, que ambos suman aproximadamente $32 mil millones anuales, que es una parte importante de nuestro presupuesto. Así que eso no va a ocurrir en el futuro".
Es por esto que el concejal cree que la Municipalidad de Viña del Mar "debiese, a través de gestión política profunda, ser parte de la elaboración de las próximas bases de licitación, cuya responsabilidad la tiene la Superintendencia de Casinos de Juegos, y en ese contexto, asegurar las mejores condiciones para nuestra comuna que se pueda".
"No es culpa de Viña del Mar, no es culpa de los vecinos y de las vecinas de nuestra comuna, que se haya generado este decreto que entrega condiciones excepcionales para que un privado abandone sus responsabilidades con Viña del Mar", finalizó Aguilera.
